El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, apeló este jueves a un diálogo “sincero y sin doble agenda”, al instalar una mesa de negociaciones para buscar una solución a la crisis del país, a la que no asistieron los gremios que impulsan desde hace más de una semana protestas y huelgas para exigir una bajada en el costo de la vida y otras reivindicaciones.
“No tengo duda que con el diálogo sincero, sin doble agenda, podemos seguir avanzando, corrigiendo lo que hay que corregir”, declaró Cortizo en el acto de apertura del diálogo, que tiene como mediador al arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa.
El jefe del Estado pidió “de manera respetuosa y humilde que se permita el libre movimiento en el país”, resaltando que las protestas son parte de la democracia, aunque invitó a los manifestantes a no perjudicar al resto de la población, “en especial a los más necesitados”.
Cortizo, que habló ante representantes de gremios empresariales, miembros de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) y ministros, denunció que hay “políticos infiltrados” en los movimientos sociales y sindicales que protestan.
Estos movimiento sociales que se expresan en la calle «son buenos», pero «los están contaminando políticos con malas intenciones”, aseguró el mandatario panameño, que dijo tener “mucha información” al respecto.
Durante la instalación de la mesa, un reducido grupo de manifestantes protestó de forma pacífica a la afueras de la sede que la alberga.
La Alianza Pueblo Unido por la Vida y la Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado (Anadepo), las impulsoras de una huelga docente que cumple más de una semana y las protestas, rechazaron acudir a la mesa instalada por el Ejecutivo este jueves debido a la falta de consenso previo a esta cita.
La Alianza Pueblo Unido por la Vida «está de acuerdo con dialogar con el Gobierno» pero para eso «es necesario que las partes puedan consensuar» antes asuntos como «el mediador, las convocatorias que el Gobierno debe hacer, la metodología, temas a discutir, lugar, fecha y hora», dijo el secretario general de la Asociación de Profesores (Asoprof), Fernando Ábrego.
Los representantes de la Anadepo, que tiene su sede en la provincia interior de Veraguas, se negaron a viajar a la capital y además rechazaron la mediación de la Iglesia, pues quieren que ese papel sea del Defensor del Pueblo.
Las puertas del diálogo «están abiertas a todos, sin exclusión, las puertas de la Patria no se le cierran a nadie, están abiertas para todos», sostuvo Cortizo.
Esta tarde a última hora se reunieron en Veraguas representantes de Anadepo y técnicos del Gobierno con la mediación de Eduardo Leblanc, el defensor del Pueblo.
«No podemos poner en peligro y en riesgo la democracia de Panamá. Imperfecta, lo es. Que hay que hacer cambios profundos. Sí. Pero (hay que) ponernos de acuerdo para salir adelante», declaró Leblanc.
Un grupo de manifestantes que se concentró en un sector del paseo marítimo de la capital intentó dirigirse hacia la residencia del presidente Cortizo pero fueron repelidos con gases por la Policía, que capturó a uno de ellos, según constató Efe.
Las protestas comenzaron para exigir la bajada y congelación del precio de los combustibles, alimentos y las medicinas, un alza general de salarios y el presupuesto educativo, pero han ido escalando hacia el repudio al despilfarro de los recursos del Estado y la corrupción, como se leen en las pancartas de los manifestantes.
Centenares de miles estudiantes permanecen sin clases desde hace más de una semana y los bloqueos en la vía Interamericana, que atraviesa el país y lo comunica con Centroamérica, han provocado desabastecimiento de ciertos alimentos en la capital y otros centros urbanos así como de combustible en el interior.
A pesar de que se han desarrollado mayoritariamente de manera pacífica, ha habido algunos incidentes aislados con más de una decena de detenidos.