La llegada de Cliver Alcalá a territorio estadounidense se produjo al día siguiente de que el Departamento de Justicia ofreciera una recompensa de diez millones de dólares por su captura.
Alcalá se entregó en Colombia a la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) y llegó al aeropuerto White Plains, en Nueva York, desde la portuaria ciudad de Barranquilla, en donde residía. El militar renunció a su extradición luego de aceptar colaborar con los fiscales, dijeron tres fuentes a Reuters.
“Familia me despido por un tiempo, enfrento mis responsabilidades de mis actuaciones con la verdad”, dijo Alcalá en un video que publicó en su cuenta en la red social Instagram.
El militar retirado declaró a una emisora colombiana el jueves que un arsenal que confiscó la Policía Nacional en una carretera del norte de Colombia estaba destinado a una operación militar para “liberar a Venezuela”, una actividad que formó parte de un contrato que firmó el líder de la oposición venezolana Juan Guaidó con asesores norteamericanos.
Los portavoces de la Casa Blanca, la DEA, el departamento de Justicia de EE.UU. y la Policía Nacional de Colombia no respondieron de inmediato las solicitudes de comentarios.
El gobierno de EE.UU. acusó el jueves de narcotráfico a Maduro, Alcalá y a más de una decena de altos funcionarios venezolanos, en la última escalada en una campaña de presión de la administración del presidente Donald Trump destinada a sacar del poder al líder venezolano.
El secretario de Justicia de EE.UU., William Barr, acusó a Maduro y a otros funcionarios de conspirar con una facción disidente de las desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) “para inundar EE.UU. con cocaína”.
Maduro, en un discurso por la televisión estatal, consideró el jueves los cargos como falsos y racistas, al tiempo que calificó a Trump de “miserable”.
Por su parte, el departamento de Estado estadounidense ofreció una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que condujera a la captura o procesamiento de Alcalá, de 58 años.
La acusación alegaba que Alcalá y otros altos funcionarios recibieron sobornos de las FARC a cambio de asegurar los envíos de cocaína a través de Venezuela.
El departamento de Estado también ofreció una recompensa de hasta 15 millones de dólares por información que conduzca a la detención de Maduro.
Alcalá anunció a las autoridades estadounidenses el jueves por la noche que se rendiría, según una fuente de la DEA.
El militar se retiró de las fuerzas armadas cuando Maduro asumió la presidencia en 2013, después de que el predecesor de Maduro, Hugo Chávez, falleciera de cáncer.
Más tarde, Alcalá se enfrentó al Gobierno socialista y huyó a Colombia, país desde donde enfrentó a Maduro y respaldó a Guaidó, reconocido por Estados Unidos y más de 50 países como el presidente encargado de Venezuela.