Antes las sanciones de MLB para los técnicos y jugadores que participen en el béisbol profesional venezolano, el panorama de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) ha cambiado muchísimo. Será una temporada sin “estrellas”.

Ante esta cruda realidad, los ochos equipos que integran la liga se las han tenido que ingeniar para completar su rósters. El nivel del campeonato está en el ojo del huracán.

Hay fanáticos, que incluso, se han pronunciado en contra de que se realice el campeonato, que además estará recortado en calendario y en cantidad de importados. El panorama luce nefasto.

Desde el seno de la LVBP la misión es armar el campeonato como sea. Que se juegue béisbol en un país que atraviesa la peor crisis política, económica y social de su historia.

Dirigentes

Bajo este panorama, la oportunidad ha tocado la puerta de varios ex jugadores y estrategas, que en condiciones “normales”, muy probablemente no estuvieran figurando, al menos no en los puestos que han sido anunciados.

Jackson Melián será el encargado de llevar las riendas de Caribes de Anzoátegui, Luis Ugueto de Cardenales de Lara, Clemente Álvarez de Tigres de Aragua, Renny Osuna con los Tiburones de La Guaira, Marco Davalillo con Águilas del Zulia, Álex Núñez en Bravos de Margarita.

Harry Guánchez, según varios reportes, será el mandamás de Leones del Caracas. Navegantes del Magallanes nombró al mexicano Enrique “Che” Reyes.

Me parece bien la oportunidad para estos ex jugadores y técnicos. Todos con respetadas carreras en el béisbol venezolano, pero es imposible no sentirse dolido por la realidad que atraviesa el pasaporte preferido de los venezolanos.

Una liga con tanta tradición y proyección no merece esto. Los venezolanos, por tradición, esperaban los meses de octubre hasta enero para disfrutar de una liga de alto calibre con peloteros de gran nivel que poco a poco se iban sumando a sus respectivos equipos. De eso nada en esta temporada.

Amanecerá y veremos, pero lo cierto es que la liga, a este ritmo, no le espera nada bueno, al menos en un futuro próximo. La realidad del país no ayuda, pero confiemos en Dios que todo cambiará para bien y vuelva, entre otras cosas, la mejor versión de nuestra liga.