Distintos argumentos fueron expuestos este sábado, en la reunión final de negociación entre el oficialismo y la oposición venezolana en República Dominicana.
Tras la reunión, representantes de ambas fuerzas, se comprometieron a reunirse el próximo 15 de diciembre para llegar a puntos de acuerdo.
La dinámica de esta segunda reunión contempló la exposición de argumentos hacia el cuerpo diplomático y el presidente de República Dominicana Danilo Medina.
El presidente Medina, por su parte, será el encargado de recoger el compendio de discusiones y debates para proponer herramientas que alivien la tensión hacia el acuerdo, con miras a adelantar en ese sentido el 15 de diciembre.
No fue clara la posibilidad si sería la reunión definitiva pero los integrantes del conflicto coincidieron en valorar como importante y necesaria reunión para superar la crisis.
Varios esfuerzos de mediación han fallado en los últimos años. Los críticos al gobierno de Nicolás Maduro, sostiene que el presidente busca comprar tiempo a través del diálogo y el mandatario acusa a sus adversarios de preferir la violencia antes que la negociación.
“El gobierno y la oposición han reiterado la voluntad de avanzar hacia un acuerdo”, dijo por su parte el presidente de República Dominicana Danilo Medina. “El próximo 15 de diciembre celebraremos una nueva reunión con el objetivo de lograr un acuerdo definitivo (…) No les podemos dar detalles porque no hemos concluido”, agregó.
Las conversaciones se producen en medio de una profunda crisis entre el oficialismo y la oposición, que acusa al gobierno de comportarse como una dictadura.
“Este proceso es difícil, es un proceso fuerte, duro, de debate, de confrontación”, dijo Julio Borges, presidente del Parlamento de Venezuela, donde la oposición es mayoría.
Asuntos como la creación del canal humanitario fueron debatidos por cada delegación, al igual que la liberación de presos políticos, el respeto al Parlamento y elecciones transparentes. Otras condiciones como el reconocimiento de la Asamblea Nacional Constituyente y el cese de aplicación de sanciones económicas fueron sostenidas por el gobierno.
“Nosotros decimos que la verdadera ayuda debería provenir en cesar con los ataques a la economía de Venezuela”, dijo entre tanto Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación venezolano y uno de los representantes del gobierno en ese encuentro, quien se mostró “satisfecho” con el reinicio del diálogo.
El presidente Nicolás Maduro ha negado que su país viva una crisis humanitaria y la delegación que envió a la reunión exigía que se levanten las sanciones financieras impuestas por el gobierno de Estados Unidos, que consideran han obstaculizado las importaciones de bienes básicos y los pagos de deuda externa.
Si bien las puertas del diálogo aún no están cerradas, ambas partes no cedieron a puntos claves en la negociación de dos días, comentó uno de los asistentes a las conversaciones que no estaba autorizado a hablar en público del tema.
Los cancilleres de Chile, México, Bolivia, Nicaragua y de República Dominicana actúan como garantes del proceso de diálogo, que acompañan otros representantes internacionales, como el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero.
Rodríguez, quien encabeza la delegación del Gobierno de Maduro, dijo el viernes que las sanciones han afectado el acceso a las medicinas en Venezuela y solicitó que la oposición reconozca la Asamblea Nacional Constituyente y pida hacer a un lado, las sanciones económicas internacionales.
Danilo Medina, presidente de República Dominicana, encabeza la negociación entre el gobierno de Venezuela y la oposición de ese país. En declaraciones a medios de comunicación, dijo el sábado que se habían adelantado en 4 de los 6 puntos de la negociación planteada.
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Por su parte, Julio Borges, líder en las negociaciones por la oposición y presidente del parlamento, dijo que insistirán en un Canal humanitario, condiciones de elecciones transparentes en Venezuela, liberación de presos políticos y reconocimiento del parlamento de mayoría opositora.
El delegado opositor Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, agregó que en medio de la tragedia que vive Venezuela, ya es un logro tener a los cancilleres de cinco países de la región como acompañantes en el diálogo con el gobierno.
En declaraciones a la prensa resaltó que vino con la determinación de lograr soluciones inmediatas a temas como la escasez de alimentos y medicinas y luchar por la defensa de los derechos básicos como el derecho a elecciones libres.
El portavoz de delegación del gobierno, ministro de Comunicación e Información Jorge Rodríguez, afirmó que exigirán con mucha fuerza el cese inmediato de las agresiones económicas a Venezuela y aseguró que, al contrario del reclamo de sus críticos, las instituciones venezolanas están en capacidad de proporcionar todas las garantías electorales y políticas.
Con el gobierno acosado por las sanciones internacionales y el derrumbe de la economía, la oposición venezolana esta vez parece tener más poder de negociación que en las anteriores tentativas de diálogo, aunque las expectativas siguen siendo bajas.
Algunos analistas, sin embargo, expresaron su optimismo de que se pueda llegar a un acuerdo debido a que la administración de Maduro, con problemas de liquidez, está buscando desesperadamente apoyo mientras trata de refinanciar la enorme deuda externa venezolana y aliviar las sanciones impuestas en agosto por el gobierno de Donald Trump.
El simple hecho de que las dos partes acordaran un diálogo formal es una señal de progreso.
Para lograr su cometido, entre los que se destaca renegociar la deuda externa, Maduro quizás no pueda evitar ceder ante algunas demandas, entre ellas, restituirle a la Asamblea Nacional las facultades que le arrebató.
Washington prohibió a firmas estadounidenses que hagan nuevos préstamos a Venezuela debido a los abusos a los derechos humanos cometidos durante las protestas antigubernamentales que entre abril y julio dejaron más de 120 muertos y las acciones de Maduro contra la oposición. Otras naciones como Canadá y Europa se han sumado a las sanciones.
En ese sentido, incluso Washington parece estar dispuesto a suavizar su posición.
En semanas recientes, el Departamento del Tesoro dijo que podría considerar autorizar a los estadounidenses a negociar un acuerdo de deuda si el plan de reestructuración tiene el apoyo de la Asamblea Nacional, dominada por la oposición.
La oposición, por su parte, está dividida. Varios partidos están boicoteando las conversaciones así como las elecciones de alcaldes del 10 de diciembre argumentando que legitiman la “dictadura” de Maduro.
La oposición denunció graves irregularidades y fraude en al menos un estado en las elecciones de regionales del 15 de octubre en las que según, los resultados oficiales, el oficialismo se adjudicó 19 de 23 gobernaciones.
En Miami, el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma expresó en una rueda de prensa su esperanza de que en la reunión se defina la salida de Maduro y la convocatoria a elecciones transparentes.
Ledezma, quien llegó al sur de Florida para reunirse con exiliados venezolanos tras visitar Washington, pidió unidad a la oposición de su país e instó a la comunidad internacional a presionar con sanciones para asfixiar al gobierno de Maduro.
“Hay una sola razón de peso para unirnos: Venezuela”, dijo Ledezma tras reclamar la ayuda de la comunidad internacional para “liberar” a Venezuela de “las mafias delincuenciales que han tomado el poder”.
El líder opositor, quien a comienzos de mes se fugó de su arresto domiciliario en Caracas y vive ahora en Madrid, no quiso revelar si mantuvo encuentros con funcionarios estadounidenses.