Un grupo acreditado por la Alternativa Democrática Sindical que acoge a la Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela (Unete), se hizo presente a pesar de que el régimen de Maduro les niega representación sindical desde hace 2 años. Marcela Máspero, presidenta de Unete, está en Conversaciones.

 

 

 

 

 

¿Cuál ha sido el tema central tratado en esta reunión?

 

Dos temas fundamentales relacionados con el desafío del trabajo en el continente, y en particular en América Latina y el Caribe. Se abordó lo que sucede en la región con el  éxodo y la dictadura en Venezuela,  lo que ocurre en  Nicaragua y, por supuesto, la problemática cubana.  Nosotros hemos estado recientemente en Colombia donde tenemos una organización sindical de trabajadores venezolanos, reconocida y sentada en la mesa tripartita gracias a la Confederación General del Trabajo.  El tema de los desplazados -porque los venezolanos ya tenemos ese carácter- se ha puesto en el tapete.  Este es el tema que hemos traído a esta 19a reunión de la OIT.

 

 

 

 

¿Ustedes han planteado que la mejor ayuda a los desplazados es que se puedan legalizar para tener acceso al trabajo?

 

¡Claro! En Colombia, por ejemplo, hubo tres procesos de legalización de venezolanos y se hace también necesario el acceso al empleo. Nuestro sindicato viene trabajando en la recolección de datos y resúmenes curriculares para comenzar a reunirnos con las empresas. Existe la necesidad de médicos para atender los problemas de salud y allá hay alrededor de 600 médicos venezolanos con todas las capacidades y de variadas especialidades que pueden atender a los colombianos. Esta realidad se repite en la mayoría de los países y en diversas áreas. Entonces convirtamos esta situación en una oportunidad  para todos.  En el caso de Panamá, sabemos que la mayoría de las profesiones sólo pueden ser ejercidas por panameños, pero también existen necesidades en este  país en las que podemos contribuir. Sabemos que la necesidad primordial de los venezolanos en Panamá es su estatus legal y a eso nos dedicaremos junto con otras organizaciones que vienen trabajando el tema.  Tenemos voluntad de hacer las cosas bien y para ello solicitamos la disposición y colaboración del gobierno.

 

¿El continente es otra victima del régimen de Maduro al provocar esta enorme diáspora de venezolanos?

 

Se habla de cifras que oscilan entre dos y cuatro millones de venezolanos por el mundo.  En Colombia existe 1 millón 100 mil compatriotas registrados y con los no registrados, podríamos estar hablando de 1 millón 800 mil venezolanos solo en ese país. En Ecuador, Perú, Chile, también se encuentra un número importante de venezolanos. España es otro de los destinos escogidos, allí hay dificultades para un reconocimiento en migración. El año pasado de mil 800 ciudadanos venezolanos que solicitaron el estatus de refugiado político, solo aprobaron 18, pero la verdad es que hasta ahora, nadie molesta a los venezolanos que  llegan y no existen amenazas de sacarlo del país.  Sin embargo, las dificultades que viven nuestros conciudadanos son enormes y estamos tratando de resolverlas por la vía de la organización sindical que es algo atípico, pero ante la magnitud de la crisis  hemos tenido que innovar.

 

¿La contratación colectiva murió definitivamente en Venezuela a raíz de los recientes anuncios de Maduro?

 

Las medidas de Maduro son anunciadas dentro de un clima de protestas continuas de los trabajadores. Las enfermeras las primeras, a ese sector se fueron sumando otros. Ante esto, Maduro decide llevar los sueldos a mil 800 bolívares soberanos. Al principio muchos sintieron que tal anuncio era algo positivo, pero con la medida de “precios acordados” los productos de la cesta básica aumentaron de forma exorbitante haciéndose inaccesible para el bolsillo del trabajador, si a esto le suma la falta de efectivo, el desastre es total.  Lo que se vendió fue una ilusión eliminando cinco ceros del cono monetario para crear la sensación que todo era más barato, cuando era todo lo contrario. En relación con los contratos colectivos, el régimen de Maduro los conculcó al decidir a la brava que todos los trabajadores deben ganar el mismo salario sin importar si se tiene experiencia o especializaciones entre otras cosas. Crearon pues un desfase absoluto. Lo que buscaban era ganar el favor de algunos trabajadores que perdieron porque los trabajadores rechazamos categóricamente al régimen y lo hemos demostrado en cada oportunidad: el 16 y el 30 julio, en cada elección fallida, los fraudes en los comicios de gobernadores, alcaldes y de la supuesta reelección de Maduro en las que no participamos.

 

¿Ante el desconocimiento de los contratos colectivos que puede hacer el sector sindical?

 

Hemos solicitado la intervención directa al Director General de la OIT y lo vamos a llevar igualmente a otras instancias internacionales. En Panamá nos hemos reunido con los representantes de OEA y de la Organización Internacional de Migraciones para ponerles al tanto de lo que sucede con los  derechos de los trabajadores. El oficialismo en cada reunión de la OIT mantiene la mentira que los venezolanos somos los mejores pagados del mundo  y que se respeta la contratación colectiva. ¡Ya no les creen! Los trabajadores del mundo el pasado 21 de marzo, votaron para aprobar la Comisión de Encuesta que está interviniendo hoy el país.  El régimen no ha querido darle entrada, pero la misma es el único órgano de control de la OIT que no necesita el permiso del gobierno y puede adelantar el examen sin estar en el país en base a tres convenios: una queja que introdujo Fedecámaras hace tres años en relación al método de fijación del salario mínimo; el convenio 144 del diálogo tripartito y el 87 que se refiere a la libertad sindical. Los tres han sido violados reiteradamente.  Este es el mismo mecanismo que activó Lech Wałęsa en Polonia y que contribuyó significativamente para la transición hacia la democracia en ese país. La comisión ya solicitó informes a las centrales sindicales y estamos terminando de sustanciar los expedientes con casos de compañeros hoy presos, imputados penalmente, despedidos, con ordenes de reenganche, tenemos decenas de casos.

 

¿Estas acciones pueden tener éxito?

 

Hace seis años era imposible pensar que los trabajadores del mundo votaran a favor de una Comisión de Encuesta porque en el imaginario colectivo quedaba el golpe de Estado, el sabotaje petrolero de 2002. Incluso yo fui una de las que defendió el proceso porque estaba convencida entonces que el mismo era lo mejor.  Hace seis años comenzamos a marcar distancia y a denunciar nacional e internacionalmente las reiteradas violaciones.  Hoy se conoce la verdad de lo que ha sucedido en el país  y su agravamiento en el tiempo.  Así que pienso que todas estas acciones darán frutos. Los trabajadores tenemos una responsabilidad para el rescate del estado de derecho… y el sector empresarial también lo tiene.  Los trabajadores vamos a seguir adelante en nuestra lucha para demostrar el carácter anti-obrero de esta dictadura que nos persigue día a día.