“El Muchachote de Barlovento”, Vidal López, ya estrella internacional, en su época con Magallanes. Pero antes, a bordo del Vargas, había sido protagonista de una fiesta caraqueña del béisbol. Foto: Cortesía.

Septiembre de hace 80 años (1937) fue un mes de furia beisbolera en Caracas, porque en aquella pelota profesional de solo sábados y domingos, el Vargas, el equipo más querido de la pelota, que se jugaba toda en Caracas, se tituló campeón sobre Centauros, Venezuela, Santa Marta y Deportivo Caracas.

En ese campeonato brilló, una vez más, lanzando y bateando por el Vargas, Vidal López, ya conocido como “El Muchachote de Barlovento”, mientras con el Deportivo Caracas, surgía un joven pitcher que dos años después sería el primer venezolano en Grandes Ligas, Alejandro (El Patón) Carrasquel.

Cuando “El Patón” llegó a los Senadores de Washington, en 1939, comentaba con scouts y coaches las maravillas de su compatriota Vidal, como lanzador y al bate.

– En este equipo los Senadores -dijo una vez Alejandro- Vidal sería cuarto bate siempre, incluso cuando le tocara lanzar.

Uno del grupo le respondió:

– Imposible, Alex, porque ese es un negro.

– Ooooh, ¿si?”- reaccionó “El Patón” con incredulidad irónica- no me había dado cuenta, solo sabía de él, que lanza y saca batazos mejor que todos aquí.

Alejandro y Vidal se hacían muchos chistes mutuamente, por la admiración y el respeto que siempre se tuvieron. Dámaso Blanco cuenta que una vez estaban entrevistando a Alejandro en el terreno de juego, y Vidal se acercó para decirle:

– Háblales de los jonrones que te he bateado.

A lo que respondió “El Patón”:

– De esos hablarás tú cuando te entrevisten.

Por cierto, no lo llamaron “El Patón” porque tuviera los pies muy grandes, sino porque sus piernas eran más largas que las de la mayoría, lo que le llevó a tener estatura de seis pies una pulgada.

En ese campeonato de 1937, Vidal ganó un juego y perdió otro, mientras era líder entre los jonroneros, con cuatro. Es bueno recordar que el calendario entonces era de solo 16 juegos, para realizarlos en 16 semanas. Cada equipo un juego semanal.

La vida de Vidal aparece con todo detalle en el libro publicado por el general José Antero Núñez. Se cuenta de sus éxitos con los Cuban Stars, de las Ligas Negras; en México, uniformado con los Sultanes de Monterrey; en Cuba con los Elefantes del Cienfuegos; en Puerto Rico con los Criollos de Caguas y los Alacranes de Santurce; en Dominicana con los Leones del Escogido y los Tigres del Licey; y en Colombia con el Escogidos de Don Pelayo.

 

Cuando “El Patón” y Vidal salvaron a Pelayo Chacón

 

En ese equipo, Escogidos de Don Pelayo, que viajó a Cartagena, Colombia, en 1938 para una serie llamada Interamericana, también aparecía Alejandro Carrasquel. Cuando les faltaban dos juegos, los cuales necesitaban ganar para ser campeones, sufrió fractura del dedo pulgar, el receptor, Marquesito Ugueto. Y no había otro disponible para la posición con la calidad requerida en tales circunstancias.

 

Don Pelayo estaba desesperado, veía que se le escapaban el título y el dinero del premio correspondiente, cuando se les acercaron El Patón y Vidal. Fue Vidal quien le informó:

– “El Patón” y yo acabamos a acordar una solución para nuestro problema. Como él tiene que lanzar hoy y yo mañana, el catcher de hoy seré yo y él el de mañana, a menos que usted no lo acepte.

Don Pelayo de sintió conmovido por tal disposición, según declaró después en numerosas oportunidades, por lo que aceptó. Así jugaron, y se titularon con par de blanqueadas en los dos encuentros.

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.