A un día del anuncio de la renuncia del presidente de Bolivia, Evo Morales los paralelismos con Venezuela, lo que pudiese pasar y las reacciones de políticos y ciudadanos no se hicieron esperar.
El presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, se reunió este lunes con sectores de la sociedad civil para hacer un nuevo llamado a la movilización de este sábado 16 de noviembre y utilizó la situación del país andino para ejemplificar lo que se puede lograr.
Aseguró que el mayor logro que ha tenido la oposición venezolana este año ha sido la unión de todos los sectores y mantenerse en la calle.
“Yo aquí siento un fresquito de libertad (…) de justicia”, afirmó el también presidente de la opositora Asamblea Nacional. “La hija predilecta del libertador dijo ‘no más’”, agregó, refiriéndose a la presión ciudadana y la protesta generalizada en Bolivia por más de 20 días, que terminó con la salida de Morales de la presidencia.
Guaidó reveló que se comunicó con el candidato presidencial, Carlos Mesa, y el ex presidente boliviano Jorge ‘Tuto’ Quiroga. “Esperemos entonces que ventée hacia el norte toda esa fuerza libertaria y democrática”, indicó.
“Hoy la solución que requiere Venezuela pasa por nosotros (…) porque todos ejercemos nuestros derechos en la calle”, indicó Guaidó reiterando el llamado a la protesta en todo el país para este fin de semana. Aseguró que, según un estudio reciente, 60% de los venezolanos tenían conocimiento de la convocatoria.
Al ser cuestionado por periodistas, Guaidó aseguró que “no podemos hablar que en Bolivia hubo un golpe de estado (…) Ahí hay un pueblo exigiendo cosas muy similares a las de Venezuela”.
Por su parte, la dirigente opositora María Corina Machado, indicó a la Voz de América que siente “admiración con los bolivianos que no se dejaron” perpetrar un “fraude electoral”. Sin embargo, advirtió que este es un proceso que está en pleno desarrollo y “no hay que bajar la guardia”.
Aseguró que hay grandes lecciones para la región en la situación boliviana, pero resaltó, además de la fuerza social, “una dirección política que con objetivos claros y con una estrategia disciplinada no aceptó las presiones”.
Machado indicó que, en el caso venezolano, hace falta un cese definitivo de las negociaciones con el gobierno en disputa, asegurar que no habrá elecciones previas al “cese de la usurpación” y la defensa del parlamento venezolano.
“Con las tiranías no se cohabita y no se convive. Se les enfrenta con la fuerza de la verdad, con la fuerza de moral y con la fuerza ciudadana. Esa es una lección más que Bolivia nos ha dado a todos los latinoamericanos”, indicó.
Para Nicmer Evans, politólogo y disidente del oficialismo, lo ocurrido en Bolivia “no se puede definir aún en un golpe de estado”. Indicó a la VOA que, desde el referendo sobre la reelección, pasando por la decisión de la corte de permitirle a Morales participar, hasta los señalamientos nacionales e internacionales de fraude, dejan ver que se trata de “un hecho político, no es jurídico, que por supuesto tendrá que ser develado con mayor intensidad en las próximas horas”.
Indicó que se trataba de uno de los gobiernos de mayor eficiencia desde el punto de vista del desarrollo de políticas públicas hacia sus pueblos, “pero que lamentablemente al girar a la pretensión dictatorial de hegemonizarse y eternizarse en el poder, encuentra la pared democrática de los pueblos”.
El presidente de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente y segundo en el partido de gobierno, Diosdado Cabello, aseguró el domingo que se trataba de un “golpe de Estado (…) perpetrado por la oligarquía fascista en conjunto con la OEA y el imperialismo norteamericano”.
Según Cabello, el “antídoto contra el fascismo” es la movilización popular por lo que anunció que «vamos a la calle a rechazar la violencia del imperialismo». La agenda es para toda la semana y cierra una movilización también este sábado 16 de noviembre hacia Caracas de movimientos sociales en apoyo a Morales.