La investigadora Maritza Landaeta-Jiménez, de la Fundación Bengoa, informó el pasado viernes sobre los resultados poco alentadores de su estudio sobre alimentación, en el marco de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de 2016.
La tercera evaluación anual realizada por la fundación comprobó que la desnutrición apareció en 3,9% de 6.413 hogares venezolanos, consolidándose como un problema de salud, originado por la falta de alimentos, reportó El Nacional.
“Estamos ante una crisis global de servicios, la inflación galopante, escasez y desabastecimiento fuera de control, y una muestra de que en la red pública de instituciones de alimentos hay alta corrupción, lo cual evidencia que los alimentos no llegan a los más necesitados, y lo hemos demostrado en diferentes variables”, expresó la especialista.
Entre las principales preocupaciones de los investigadores, destaca la disminución en el número de comidas diarias. Cuando en 2014 solamente en 10,2% de hogares se hacían 2 comidas y en 2015 la cifra era 11,2%, en 2016 aumentó a 32,5%, es decir, 9,6 millones de personas hacen menos de 2 comidas al día.
“Esto es parte de lo que observamos cuando en todos los ambulatorios y otros centros de salud llegan personas con signos importantes de desnutrición, y está subiendo en todos los niveles sociales pobres y de clase media, y se ve en niños, mujeres embarazadas y ancianos. Los venezolanos estamos consumiendo calorías de guerra: tenemos bajos niveles calóricos, la mayoría de la población está por debajo de 2.000 calorías bajas”, explicaron.
Otra de las características que incrementan en los hábitos alimenticios del venezolano son las omisiones del desayuno en algunos hogares, un 93,2% de las familias declaró que hacen solamente el almuerzo para ahorrarse el desayuno.
Respecto a la calidad de alimentación, 24,9 de los entrevistados (el rango más alto) aseguró que es deficiente, mientras que 23,8% la consideró era monótona, por lo tanto casi 49% de los hogares tiene una alimentación deficiente. “Ambas tienen una connotación similar. Un criterio nutricional es que la comida debe ser variada”, señalaron los expertos.
En cuanto al sistema de compras del venezolano también se registraron notables cambios, en la compra semanal, 84% de hogares adquiere harina de maíz, seguida de arroz (71,2%), harina de trigo (69,7%) y luego hortalizas (63,9%) y tubérculos (52%). Estas dos últimas desplazaron a las proteínas, como la carne, el pollo, y las grasas, que se redujeron en 34% en la ingesta.
Al comparar las compras semanales de alimentos en los últimos tres años, se demostró que durante 2016 los tubérculos y las hortalizas adquirieron mayor demanda en todos los niveles de pobreza, incluso en los recientes. “En la alimentación complementaria de los niños, los teteros se están haciendo con agua de ocumo y de yuca”, señaló.
Esta disparidad en la dieta tendría relación con el presupuesto disponible para adquirirlos. 93,3% afirma que el ingreso no le alcanza para comprar comida, lo cual indica la presencia de la inseguridad alimentaria en la vida del venezolano, según Landaeta-Jiménez.
Solo 5,9% consideró que dispone de ingresos suficientes. 86% de las familias come en su casa, en contraste con 55% que el año pasado lo hacía. “La alimentación en Venezuela se desplomó”, aseguró la investigadora, y eso se refleja en la pérdida de peso.
Se estima que, en 86,3% de hogares de pobreza extrema perdieron hasta 9 kilos y eso tiene que ver con el número de comidas. 72% perdió peso no controlado y, señaló, eso produce gran impacto en la salud: “Los nefrólogos dicen que están llegando personas con problemas renales. Igual pasa con la hipertensión arterial”.
“Todo esto es una evaluación negativa de una política para atender a los pobres, pero los indicadores señalan que estos no son protegidos adecuadamente por las políticas sociales del gobierno. Que aumente la desigualdad, que los más necesitados no tengan acceso a la harina de maíz que se usó para combatir la anemia, y que 63% de niños en hogares pobres la tengan, es imperdonable en este país”, cuestionó.
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El Venezolano de Miami