Venezolanos, movilizados tanto por el gobierno encargado como por el gobierno en disputa, salieron las calles de Caracas y otras zonas del país: unos para intentar llegar a la sede del poder legislativo, y otros para demostrar su apoyo a Nicolás Maduro.
A pesar de la fuerte presencia militar en Caracas, la capital del país, la oposición se fue concentrando en una plaza en el este de la ciudad, mientras que el oficialismo tomó una avenida hacia el centro.
Más temprano, el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, pidió a los ciudadanos salir a las calles para validar el Pliego Nacional de Conflicto, un plan entregado por sectores de la sociedad civil que busca unificar los reclamos que se registran en el país.
Advirtió que el gobierno en disputa tratará de impedir la movilización que busca llegar hasta la sede de la Asamblea Nacional en el centro de Caracas, por lo que anunció que durante la protesta entregarán volantes con la información necesaria para hacer frente a la desinformación que pudiera surgir durante la movilización.
Ya desde la concentración, Juan Pablo Guanipa, primer vicepresidente parlamento venezolano, calificó la militarización de la ciudad como una “cobardía”.
“Como tienen las armas, la sacan a exhibirlas al pueblo para que el pueblo se asuste, para que sienta que no tiene posibilidades de salir”, indicó, agregando que están ejerciendo el derecho a la “resistencia”, a la protesta, a “mantenernos dignos”.