Una nueva variante del coronavirus está poniendo al mundo, de nuevo, en jaque. La cepa, denominada B.1.1.529 y que apareció por primera vez en Sudáfrica el pasado 24 de noviembre, ha provocado que los gobiernos y los expertos sanitarios en todo el planeta hayan expresado su preocupación.
Los científicos que están analizando la nueva cepa aún no han dado a conocer los resultados y continúan monitoreando la evolución de la mutación del virus. Pese a eso, se cree que su aparición está provocando “aumento exponencial” de casos positivos por coronavirus en todo el mundo.
¿Dónde apareció por primera vez?
Hasta el momento se desconoce cuál ha sido el origen de la variante bautizada como Ómicron pero, según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos positivos de la cepa se han dado en personas que han viajado recientemente desde países sudafricanos.
Los científicos de la OMS han catalogado esta cepa como “preocupante” y se trabaja con la hipótesis de que el aumento de casos positivos está relacionado directamente con esta nueva variante.
¿Cuál es la preocupación de los expertos?
“En las últimas semanas, las infecciones han aumentado de forma pronunciada, coincidiendo con la detección de la variante B.1.1.529 de una muestra recolectada el 9 de noviembre de 2021”, dio a conocer la OMS a través de un comunicado al que ha tenido acceso la Voz de América.
Según los expertos, esta cepa “tiene una gran cantidad de mutaciones” en tanto que “la evidencia preliminar sugiere un mayor riesgo de reinfección con esta variante” en comparación con otras que han aparecido en el pasado.
“El número de casos de esta variante parece estar aumentando en casi todas las provincias de Sudáfrica y se ha detectado a tasas más rápidas que los aumentos repentinos de infección anteriores, lo que sugiere que esta variante puede tener una ventaja de crecimiento”, agregaba el documento del organismo sanitario internacional.
Médicos en alerta
El doctor Richard Aguilar, internista y director médico de Cano Health, en Las Vegas, Nevada, expresó a la Voz de América que la incertidumbre rodea en este momento todo lo relacionado con la variante ómicron.
“Estamos pensando que tal vez vamos a ver más infecciones, pero tal vez no tan fuertes, o podemos ver que es más contagioso pero no sabemos hasta cuánto”.
Una de las prioridades de los científicos radica en descubrir pronto si las vacunas existentes pueden combatir esta variante, pero el proceso puede tomar semanas:
“Estamos revisando en estudios si los anticuerpos que estamos haciendo después de las vacunas nos van a dar suficiente protección”, dijo Aguilar.
Las medidas que se deben implementar
Los expertos han instado a los gobiernos a “mejorar los esfuerzos de vigilancia”, especialmente para monitorear su evolución y confirmar si, realmente, esta variante podría ser mucho más peligrosa que el resto de las que han aparecido desde el estallido de la pandemia de COVID-19.
“Donde exista capacidad, y en coordinación con la comunidad internacional, se deben realizar investigaciones de campo y evaluaciones de laboratorio para mejorar la comprensión de los impactos potenciales de la variante, como su gravedad y eficacia de las medidas ya implantadas”, exponen los científicos.
La vacunación, factor clave
Además de las medidas que se pusieron en marcha desde el inicio de la crisis sanitaria, como el uso de mascarillas, el lavado de manos, la buena ventilación de los espacios cerrados y el cumplimiento del distanciamiento social, las autoridades también recuerdan que la vacunación ha demostrado ser efectiva para reducir los riesgos y la curva de contagios.
América Latina, una región con una baja tasa de vacunación
Esta situación podría poner en alerta a los países de América Latina, que están registrando un ritmo de vacunación mucho más lento, a pesar de los esfuerzos realizados a través de mecanismos como el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19, impulsado por la OMS, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y otros organismos.
Pese a eso, la OPS, encargada de monitorear la situación en la región de Estados Unidos, Canadá, Latinoamérica y el Caribe, ya ha pedido “precaución” ante el aumento de casos de coronavirus especialmente en la zona sudamericana.
“En América del Sur, casi todos los países están notificando un aumento de la incidencia, incluso en el Cono sur. También se están notificando altas tasas de infección en el Caribe”, explicaban desde la conferencia de prensa semanal que organiza la OPS precisamente para abordar la situación en el continente americano.
Las naciones centroamericanas son las únicas que, por el momento, no ha registrado un aumento de casos positivos, sino todo lo contrario.
19 países latinoamericanos por debajo del 40% de vacunación
El mayor problema, insisten desde la OPS, es que la tasa de vacunación en la región sur del continente americano sigue siendo excesivamente baja.
“Si bien poco más de la mitad de la población de América Latina y el Caribe ya está completamente vacunada contra el COVID-19, hay 19 países que no han alcanzado las metas de la OMS de vacunar al 40 por ciento de la población para finales de 2021”, dicen desde la OPS advirtiendo que “a pesar de ello, se están levantando las medidas preventivas, incluso en lugares con una elevada densidad de población”.
Perspectivas “preocupantes”
La llegada de las fiestas de final de año podría empeorar aún más la situación en tanto que las perspectivas no son nada positivas, a tenor de los datos que manejan desde la OMS. “Es crucial que las personas se vacunen lo antes posible para protegerse contra la enfermedad grave y evitar que los hospitales se vean desbordados, sobre todo si pretenden viajar”, agregó.
De acuerdo a datos oficiales, hasta el momento se han distribuido más de 1.300 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus en toda la región y los organismos sanitarios continúan sumando esfuerzos para agilizar el proceso de distribución de las dosis, sobre todo en lugares donde el acceso es más limitado o hay pocos recursos.