Los presidentes de Panamá, Juan Carlos Varela; y de Colombia, Juan Manuel Santos, sostendrán mañana una reunión en la provincia panameña y fronteriza de Darién centrada en el tema de seguridad, que junto con los asuntos comercial y tributario acaparan la agenda bilateral.
El encuentro tendrá lugar en una base del Servicio Nacional Aeronaval (Senan) de Panamá ubicada en Nicanor, Metetí, provincia de Darién, de acuerdo con la información oficial.
La reunión fue acordada el pasado septiembre durante la Asamblea General de la ONU, antes del referendo en el que los colombianos rechazaron un plan de paz con la guerrilla FARC impulsado por Santos, el cual había despertado en Panamá y otros países fronterizos con Colombia temores por un desplazamiento de actividades como el narcotráfico.
El Gobierno panameño anunció el mes pasado que la cita presidencial serviría «para cerrar filas en la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y enviar un mensaje claro de coordinación entre los dos países».
Se espera que la crisis de migrantes caribeños y africanos que ahora copan Centroamérica, a donde llegan a través de la frontera entre Panamá y Colombia tras pasar por varios países suramericanos, sea uno de los asuntos centrales de la cita presidencial de mañana.
Miles de haitianos procedentes de Brasil, junto a cubanos y africanos que viajan hacia Estados Unidos, están ahora varados en Panamá y Costa Rica debido al cierre hace casi un año de la frontera de Nicaragua, que argumentó amenazas a su seguridad nacional.
Varela y el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, pidieron a inicio de este octubre a otros gobiernos latinoamericanos que acojan a parte de los migrantes haitianos.
Otros asuntos que acaparan la agenda bilateral son el comercio, principalmente por una controversia arancelaria que Panamá y Colombia mantienen en la Organización Mundial de Comercio (OMC), que además mantiene paralizada la ratificación panameña de un acuerdo de libre comercio entre los dos países, y el tributario.
«Con Colombia hay tres temas puntuales: comercial, tributario y seguridad», dijo en agosto pasado el presidente panameño al valorar que las relaciones con el país andino no pueden limitarse a un solo tema, en referencia a la controversia en la OMC.
Panamá tiene paralizado el proceso de aprobación parlamentaria del tratado de libre comercio firmado con Colombia en el 2013 precisamente por el tema arancelario que llegó a la OMC, y negocia con la nación andina un tratado para evitar la doble tributación que incluye una cláusula de intercambio de información fiscal a requerimiento.
Colombia prorrogó hasta noviembre próximo el cobro de un arancel del 10 % a los calzados y textiles provenientes de la panameña Zona Libre de Colón (ZLC), y un cargo de 5 dólares por cada contenedor, que aplica desde 2012 con el argumento de que busca evitar el contrabando y el lavado de dinero.
La extensión de la medida fue rechazada por Panamá, que reclama que Colombia sigue sin acatar un fallo del año pasado de la OMC, que lo ratificó en junio pasado, en el que declaró ilegal el cobro del arancel a las reexportaciones de la ZLC, la mayor del hemisferio.
Panamá, además, respondió a la medida colombiana con un aumento de las tasas de importación de una serie de productos que generalmente vienen de Colombia, que regirá hasta diciembre próximo.
Sobre el tema fiscal, que llevó a una crisis bilateral en 2014 por la breve inclusión de Panamá en una lista gris colombiana, el Gobierno panameño expresó su compromiso de «implementar el intercambio automático de información fiscal en forma bilateral a partir de 2018 con todo país que esté en condiciones de garantizar que la información puesta a su disposición no sea mal utilizada».