La Unión Europea prohibió el lunes la venta de armas a Venezuela y trabaja en un sistema para congelar activos e imponer restricciones de viaje a algunos funcionarios venezolanos en un intento de aumentar la presión sobre el presidente el país latinoamericano, Nicolás Maduro.
La medida sigue los pasos de las sanciones financieras impuestas el pasado jueves por Estados Unidos a 10 funcionarios venezolanos, actuales y pasados, por acusaciones de corrupción y abuso de poder relacionadas con la campaña de Maduro contra la oposición.
Los ministros de Exteriores de la UE anunciaron las medidas en una reunión en Bruselas en la que subrayaron que la única salida a la crisis en Venezuela es «el diálogo constructivo y la negociación».
El veto a las armas impedirá la comercialización de equipos militares que podrían usarse para la represión o vigilancia de los venezolanos. Las medidas podrían ser revocadas en función de la reacción de Maduro a la demanda de más democracia en el país, agregó el bloque en un comunicado.
La UE también subrayó que no reconocerá a la Asamblea Constituyente de Venezuela, el órgano que reemplazó a la Asamblea Nacional, y dijo que su creación solo ha servido para «erosionar aún más las instituciones democráticas e independientes».
El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, dijo que la UE espera «que Maduro recapacite» con la presión de las sanciones.