La primera ministra británica, Theresa May, notificó este miércoles a la Unión Europea (UE) la salida del Reino Unido del club comunitario mediante una carta entregada al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que la recibió con «tristeza» y con la determinación de que será una marcha «ordenada».
«Este es un momento histórico que no tiene marcha atrás», afirmó May ante la Cámara de los Comunes poco después de que el embajador británico en Bruselas, Tim Barrow, entregase a Tusk el documento de seis páginas que inicia el divorcio entre unos socios unidos desde que el Reino Unido se sumó en 1973 a la entonces Comunidad Económica Europea (CEE).
May subrayó que la invocación del artículo 50 del Tratado de la UE para iniciar esa ruptura responde a la «voluntad democrática» expresada por el pueblo británico en el referéndum del pasado 23 de junio.
En el intenso y desconocido periodo de dos años de negociaciones que se abren a partir de ahora, la líder conservadora prometió defender «lo antes posible» los derechos de los comunitarios que viven en Reino Unido y resaltó el interés británico por ver una UE que «prospere» y «tenga éxito».
El Reino Unido, puntualizó, inicia un «viaje trascendental», en el que necesitará «unidad» de todas sus regiones, en un momento en que el Gobierno autónomo de Escocia que lidera Nicola Sturgeon ha manifestado su intención de convocar un nuevo reférendum independentista y tiene la idea de ingresar después en la UE.
En el debate parlamentario, el líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, dijo que no alcanzar un acuerdo con Bruselas sería «un fracaso nacional de proporciones históricas».
En declaraciones a la cadena británica BBC, el eurodiputado del eurófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) Nigel Farage afirmó que el «brexit» no es un «incidente aislado» y que le gustaría «ver cómo se rompe» la UE.
Bruselas recibe con «tristeza» la carta que pone en marcha el «brexit», según dijo el presidente del Consejo Europeo, que también subrayó que el Reino Unido sigue sujeto a las leyes comunitarias hasta que esa desconexión sea total en 2019.
«No hay ninguna razón para pretender que es un día feliz aquí o en Londres», dijo Tusk, quien subrayó que «la mayoría de los europeos y cerca de la mitad de los británicos deseaban permanecer juntos».
Afirmó que lo prioritario ahora es «minimizar la incertidumbre causada por la decisión de Reino Unido a nuestros ciudadanos, empresas y Estados miembros», y señaló que «paradójicamente, también hay algo positivo» en el «brexit» pues «nos ha hecho a los 27 más determinados y unidos que antes».
El Consejo Europeo y la Comisión Europea (CE) tienen el «fuerte mandato de proteger el interés de los Veintisiete», agregó Tusk, que adelantó que el proceso de negociación consistirá «en esencia» en un «control de daños».
Para la Unión a Veintisiete, añadió, «el primer paso será la adopción de las directrices» de las negociaciones, que «establecerán el conjunto de las posiciones y principios a la luz de los cuales la Unión, representada por la CE, negociará con el Reino Unido», de quien esperan que en el futuro sea un «socio cercano».
Se espera que en 48 horas, probablemente este viernes, Tusk haga público un borrador de «directrices negociadoras», que tendrán en cuenta el contenido y las intenciones expresadas en la carta británica y que en las semanas posteriores ese documento se debata a diferentes niveles, indicaron a Efe fuentes europeas.
El 29 de abril próximo, en una cumbre extraordinaria, los líderes de los Veintisiete adoptarán las directrices que fijarán los principios básicos de las negociaciones.
Las reacciones de los demás socios europeos destacaron la intención de garantizar su unidad y mantener buenas relaciones con Londres, pero con el interés por delante de los que se quedan en la Unión y de los comunitarios residentes en el Reino Unido.
«El Gobierno alemán trabajará para que la salida del Reino Unido tenga la menor repercusión posible sobre los muchos ciudadanos comunitarios que viven en Reino Unido», aseguró la canciller alemana, Angela Merkel, quien también priorizará un acuerdo sobre el «brexit» y que «sólo cuando esto se resuelva», se empiece a hablar sobre la «relación futura».
Desde La Valeta, en donde se celebra una reunión de los líderes del Partido Popular Europeo (PPE), el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, subrayó que su prioridad será la de «minimizar la incertidumbre creada» por la decisión británica en los ciudadanos y en las empresas.
Rajoy envió también un mensaje de «tranquilidad, confianza y serenidad» a los ciudadanos españoles que viven en ese país y a todos los británicos que viven en España.
En Lisboa, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, abogó por aprovechar «el momento difícil» del «brexit» para «responder de forma decidida a los desafíos» que enfrentan los socios europeos.
En Dublín, el Gobierno irlandés afirmó que el «brexit» tendrá «consecuencias políticas, económicas y sociales significativas» para Irlanda, aunque confió en amortiguar ese impacto durante las negociaciones.
Desde el Parlamento Europeo (PE), su presidente Antonio Tajani, dijo que la UE comienza «un nuevo capítulo», un proceso sobre el que la Eurocámara tendrá voz y voto.