Pantalón, botas, bigote y saco en mano. Vicente Guzmán es uno de los voluntarios que se prepara para vestirse de Santa Claus y salir en una caravana a repartir juguetes, ropa, sonrisas y alimentos a cientos de niños desfavorecidos en dos ciudades que son el reflejo de la pobreza en Venezuela.
El hombre mágico de la Navidad, al que todos los niños le piden juguetes, ha convertido parte de sus obsequios en alimentos para regalárselos a quienes más lo necesitan en un país donde, según estimaciones de ONG, la pobreza alcanza el 80 % y 40 % de la población sufre de malnutrición.