VOZ DE AMÉRICA
Donald Trump regresa a Washington para dar inicio a días de fastuosidad que anuncian su segunda investidura como presidente, cuatro años después de haber dejado la ciudad bajo la sombra del asalto al Capitolio por parte de sus simpatizantes.
El ceremonial cambio de poder comenzará mientras la solemne pompa de Washington se combina con el estilo festivo de Trump.
Habrá un espectáculo de fuegos artificiales en una de las propiedades de golf de lujo del presidente electo, que contará con la presencia de invitados que incluyen a titanes de la industria tecnológica, amigos del mundo empresarial y estrellas de los medios de comunicación conservadores, así como miles de sus simpatizantes que llegarán de distintas partes del país.
Debido a que se tiene previsto que una ráfaga de aire ártico deje a la capital de la nación enfrentando temperaturas frígidas el Día de la Investidura, los organizadores se apresuraban a trasladar al interior la mayoría de los eventos al aire libre del lunes, incluida la ceremonia de investidura.
El cantante de ópera Christopher Macchio, elegido por Trump para cantar el himno nacional en la ceremonia, comentó a AP el sábado que una actuación en interiores ayudaría al sonido de la música y a su rendimiento vocal.
Pero agregó: “Debo decir, estaba esperando ver a 100.000 personas extendidas a lo largo del National Mall. Así que desafortunadamente no tendré esa visual mientras actúo, pero aun así será un tremendo honor”.
En la Avenida Pensilvania que conduce a la Casa Blanca, los equipos estaban desmontando las gradas metálicas que iban a ser utilizadas para las tribunas para la ceremonia de investidura al aire libre.
Incluso antes de que Trump llegue a la ciudad, grupos de manifestantes comenzaron a salir a la calle por la mañana mientras caía una ligera aguanieve.
Melody Hamoud, una residente de Washington, llevaba un sombrero rosa que había usado en una marcha de 2017 para protestar por la primera investidura de Trump.
“No quería quedarme en casa y preocuparme frente al televisor”, comentó. “Quería sentir que nuestro movimiento todavía tiene energía y estar con otros que sintieran lo mismo”.