Por Rafael Salido (VOA)
El estado de salud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, permanece «estable» y, desde su retorno a la Casa Blanca, el pasado lunes, no ha dado muestras de que su enfermedad continúe progresando, informaron fuentes oficiales el jueves.
«Desde su vuelta a casa, sus exámenes físicos han permanecido estables y no hay ninguna indicación que sugiera una progresión de su enfermedad», apuntó el médico de cabecera del presidente, el doctor Sean Conley, en un memorando divulgado por la Casa Blanca.
El documento detalla que la frecuencia respiratoria del mandatario es de 15-17 inhalaciones por minuto y su ritmo cardíaco es de 69 pulsaciones por minuto.
El galeno pronosticó que, en caso de continuar esta «trayectoria» el próximo sábado, cuando se cumplirán «diez días desde su primer diagnóstico», que tuvo lugar el 1 de octubre, Trump podría disfrutar de «un retorno seguro a la vida pública».
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La progresión de la enfermedad de Trump, que anunció haber dado positivo por COVID-19 el pasado viernes, y su rápida mejoría han suscitado un sinfín de suspicacias sobre el inicio de su convalecencia, un dato que se antoja fundamental para el rastreo de contactos y para determinar si el mandatario puso en peligro a su rival en las urnas, el demócrata Joe Biden, al acudir al primer debate presidencial apenas dos días antes de hacerse pública su enfermedad.