El presidente de EE.UU., Donald Trump, dijo el lunes que «comenzará a cortar o reducir sustancialemente» la ayuda que entrega a países del triángulo norte, debido a que estos no frenaron la caravana de miles de migrantes centroamericanos que intentan pisar suelo estadounidense.
Trump había hecho esta y otras advertencias la pasada semana, incluyendo que estaba dispuesto a cerrar la frontera con México en caso de que fuera necesario.
«Guatemala, Honduras y El Salvador no pudieron hacer el trabajo de impedir que las personas salgan de su país y lleguen ilegalmente a EE.UU. Ahora comenzaremos a cortar, o reducir sustancialmente, la masiva ayuda extranjera que se les da habitualmente», dijo Trump el lunes en su cuenta en Twitter.
También el lunes, Trump arremetió nuevamente contra los demócratas, a quien responsabilizó por el avance de la caravana conformada por unos 5.000 migrantes, incluyendo a mujeres y niños, que han puesto en aprietos a México y llevado a las autoridades mexicanas a solicitar ayuda de la ONU.
«¡Cada vez que vea una Caravana, o personas que vienen ilegalmente, o intentan ingresar ilegalmente a nuestro país, piense y culpe a los demócratas por no darnos los votos para cambiar nuestras patéticas leyes de inmigración!», escribió Trump el lunes.
El pronunciamiento de Trump y la advertencia el domingo del jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, de que «sigue de cerca» la caravana y no permitirán la entrada de los migrantes a EE.UU., contrastan con la posición de la Agencia de la ONU para refugiados, ACNUR.
La organización, que además reforzó con más personal en los últimos meses su oficina en México, también expresó que, si bien comprende la preocupación por garantizar la seguridad nacional estadounidense, también es cierto que el derecho internacional gobierna la manera en que los países deben comportarse hacia los refugiados.
ACNUR dijo que los solicitantes de asilo son personas que huyen de la persecución y la violencia, tienen el derecho a la protección internacional.
También expresó que reconoce que la llegada de miles de migrantes en caravana a EE.UU. es abrumadora, pero, según la portavoz Charlie Yaxlie, cerrar las fronteras no es la solución.
Reiteradas advertencias de EE.UU.
El texto firmado por Pompeo aludió aludió el domingo a la preocupación de EE.UU. por la violencia que han generado algunos miembros de grupo en el afán de llegar a EE.UU., así como por el hecho de que estén siendo víctimas de traficantes de personas o de los móviles políticos de los organizadores.
«Como el presidente Trump ha declarado, de conformidad con la ley de los EE. UU. (…) no permitirá que los inmigrantes ilegales ingresen o permanezcan en EE.UU.», dijo Pompeo y reiteró que los migrantes centroamericanos «están violando la soberanía, las leyes y los procedimientos», de los países por donde pasan.
EE.UU. y México coordinan estrategia disuasoria
En su más reciente pronunciamiento, Pompeo celebró la colaboración entre el gobierno de México y la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), al tiempo que reconoció el proceder de las autoridades mexicanas.
«Entendemos que México detendrá y repatriará a los migrantes que ingresen (en su territorio) en violación de la ley mexicana, y en los casos en que los inmigrantes soliciten asilo, procesarán las solicitudes de acuerdo con la ley mexicana. También entendemos que aquellos que no califican serán devueltos en un proceso seguro y ordenado, de conformidad con la ley mexicana», indicó el comunidado.
Pompeo dijo además que EE.UU. «está listo para ayudar al gobierno de México en este esfuerzo».
El avance de la caravana y las alertas de la Cruz Roja
La caravana, -que salió de San Pedro Sula, Honduras, el sábado 13 de octubre, fue detenida por las autoridades mexicanas en un puente en la frontera con Guatemala, sin embargo muchos nadaron o utilizaron botes improvisados para atravesar el río.
Tras descansar el domingo en aceras, bancos y plazas públicas en la sureña ciudad mexicana de Tapachula, agotados por otro día de caminata bajo un ardiente sol, emprendieron otra vez la marcha, indicó AP.
La Cruz Roja dijo en un comunicado el sábado que «muchas de las personas que están apoyando, que en su mayoría son mujeres y niños, están sufriendo de deshidratación, infecciones estomacales y heridas en los pies, mientras avanzan por el largo camino».
Walter Cotte, el director regional para Américas, explicó en el texto que es «imperativo que la dignidad y la seguridad de las familias sea resguardada y que las mantengan unidas».