VOZ DE AMÉRICA
La última resolución monetaria tendrá poco impacto en la economía nacional, donde cada vez se usan menos los bolívares físicos, de acuerdo con especialistas en economía. Más del 90 % de los cajeros automáticos no funcionan adecuadamente, dicen.
Cuatro billetes del anterior cono monetario de Venezuela, que apenas representan centavos de bolívares, pero que se mantenían aún en uso después de la última conversión, dejaron de circular a partir de esta semana. La medida tendrá un impacto nulo en una economía cada vez menos dependiente de la moneda nacional en su forma física, según expertos.
El Banco Central de Venezuela resolvió sacar de circulación a partir de este miércoles 25 de septiembre los billetes de 10.000, 20.000, 50.000 y 200.000 bolívares “soberanos”, que entraron en vigor en la reconversión monetaria ordenada por el gobierno de Nicolás Maduro, en 2018, la segunda de las 3 ocurridas este siglo en el país suramericano.
Esos billetes tenían valores equivalentes a entre 0,01 y 0,2 bolívares desde la última reconversión monetaria, puesta en marcha en octubre de 2021 y según la cual el gobierno eliminó 6 ceros a la moneda venezolana.
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Desde 2007, los gobiernos de Hugo Chávez y Maduro han restado un total de 14 ceros al bolívar. Entre el último trimestre de 2017 y enero de 2022, Venezuela vivió un ciclo hiperinflacionario que pulverizó el valor del bolívar y la capacidad de compra de la mayoría de los venezolanos, de acuerdo con investigadores y economistas independientes.
De forma paulatina, el Banco Central de Venezuela prevé introducir 2 nuevos billetes, de 200 y 500 bolívares “digitales”, como se apellida ahora a la moneda nacional.
El primero equivale a poco más de 5 dólares; el segundo, a 13 dólares y medio, según la tasa oficial. Serán las dos piezas monetarias de mayor valor en el mercado.
Antes de esta medida monetaria, los billetes venezolanos en circulación tenían valores equivalentes entre 0,1 y 2,7 dólares. La tasa cambiaria oficial que maneja el Banco Central de Venezuela cerró este miércoles en 36,85 bolívares por dólar.
Medida de bajo impacto
Los nuevos billetes llevarán grabadas la imagen del máximo prócer patrio, Simón Bolívar, y buscarán “cumplir con los requerimientos de la economía nacional”, explicó el BCV en un comunicado divulgado el mes pasado.
El Banco Central dio plazo hasta el próximo lunes a los ciudadanos para depositar en sus cuentas bancarias los billetes que salen de circulación. Esa medida por sí sola no tendrá mayor impacto en la economía, según el analista financiero Henkel García.
En conversación con la Voz de América, García explica que el monto total de bolívares en efectivo que circulan en la economía es muy bajo como para tener impacto.
“Todo el efectivo en bolívares en la economía es un monto equivalente a 100 millones de dólares. No va a cambiar mucho”, apunta.
En Venezuela, circulan más dólares que bolívares en efectivo, asegura el economista y docente universitario Aldo Contreras, por su parte. Según sus datos, 9 de cada 10 cajeros automáticos del país están obsoletos o en desuso.
Según Contreras, el mayor uso que se da a los bolívares es en su forma digital, es decir, a través de pagos con tarjetas o con transferencias con el sistema P2P (pago móvil).
La prevalencia de otras monedas, como el dólar y el peso, e incluso los gramos de oro en zonas del sur del país, como el estado Bolívar, se traduce asimismo en que el uso de los bolívares físicos “cada vez sean menos comunes” en el comercio venezolano, dice.
Una medida ante la inflación
Contreras señala que la salida de 4 billetes y la incorporación de 2 nuevos «es un reconocimiento a la inflación” que prevalece en el país, aunque ni siquiera comparable a los niveles de años atrás.
De acuerdo con el BCV, la inflación acumulada entre enero y agosto es de 11,2 %. En 2018, según cifras oficiales, el índice de variación de precios fue de 130.060 %. Otras estimaciones independientes aseguraron que fue superior a 1.600.000 %.
La reciente medida de política monetaria del gobierno venezolano ocurre en medio de cambios en el gabinete económico de Maduro y de una crisis político electoral de dimensiones internacionales, con decenas de países exigiendo al presidente que demuestre su triunfo en la votación de julio.
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Esa crisis, que incluye el reclamo de la oposición de haber ganado la elección presidencial y de que se cometió un presunto fraude, puede cerrar aún más las posibilidades de acceso del gobierno de Maduro a mercados y financiamientos internacionales y expone al país a nuevas sanciones económicas de parte de Estados Unidos, según analistas.
Según el gobierno de Maduro, las dificultades de la economía responden a las sanciones de Estados Unidos desde 2019 a su industria petrolera, que representaba el 95 % de la producción nacional y que ahora ronda el 12 %.
También, Maduro ha culpado a grupos extranjeros de manipular el sistema cambiario para favorecer la depreciación del bolívar y elevar la importancia de otras divisas, como el dólar estadounidense y el peso colombiano.