TEXTO: LA PATILLA
El Real Madrid fue eliminado nueve años después en octavos de final de la Liga de Campeones, en la noche más negra del dominador del torneo, remontado por un Ajax exultante que sacó a relucir todos los defectos de un equipo a la deriva, descompuesto, que en seis días se despidió de todo.
Fin a la temporada. A inicios de marzo. La caída sin red de un Real Madrid sin referentes, se recrudeció en su competición fetiche. Se jugó todo a una carta y esta vez perdió. El campeón se descompone. Cayó con estrépito, dilapidó su ventaja de Amsterdam por una profunda depresión que arrasa con todo, incluido con un Solari sentenciado que acelera la construcción de un nuevo proyecto. Nuevo entrenador y reestructuración profunda de la plantilla.
Ausencia total de un líder a la hora de la verdad y con el capitán en la grada por decidir que la vuelta era buen momento para forzar una amarilla. Despropósito total. Ya rozó la debacle en una primera mitad en la que todo lo malo que podía pasar le sucedió a un equipo sin confianza. Una caricatura del campeón. Estrellándose con la madera antes de ser un juguete en manos de cualquiera que pase por el Santiago Bernábeu. Con dos jugadores cayendo lesionados, Lucas Vázquez y Vinicius, castigando la falta de rotación de Solari cuando se jugó todo.