Nueva política para la región
La política de la Casa Blanca hacia la región está enfocada en combatir las raíces de la migración irregular, entre ellas la “corrupción endémica”, según resaltaron funcionarios de la Administración.
“El presupuesto también revitalizaría el liderazgo de Estados Unidos en Centroamérica como parte de una estrategia integral para abordar las causas fundamentales de la migración irregular”, detallaba el Gobierno federal sobre el proyecto.
En este sentido, fuentes del Ejecutivo admitían que «en algunos casos», Washington no cuenta con «socios perfectos para el desarrollo» de su estrategia.
Aunque no se ha detallado específicamente a qué programas se destinarían los 861 millones en asistencia a la región de Centroamérica, sí que se sabe, por fuentes oficiales, que su principal objetivo es incrementar los esfuerzos para detener la inmigración de indocumentados y mejorar el sistema de asilo.
Ariel Ruiz, analista del Instituto de Políticas Migratorias (MPI), explicó a la Voz de América que este tipo de medidas que quiere impulsar Biden, como un nuevo sistema para solicitar el asilo en el país sin tener que desplazarse, se deben hacer a través de “un proceso gradual” con un “mensaje que no sea equivocado, porque la frontera no está abierta”, por lo que esas inversiones en Centroamérica pueden ser un estímulo económico para dar una cierta prosperidad a la región.
“Se trata de analizar cuál es la capacidad de las agencias de inmigración (de Estados Unidos) para entender qué es lo que puede seguir en el futuro”, sostenía Ruiz en declaraciones a la VOA.
Lo que ocurre en Centroamérica
Es la opinión que también comparte el experto en asuntos de migración y estabilización económica, Manuel Orozco.
«Lo que ocurre en Centroamérica es abrumador. Tienes problemas de criminalidad, sequía, de bajos ingresos, modelos económicos bastante obsoletos. Cuando se van juntando todas esas cosas la migración resulta como una consecuencia de todos estos problemas no resueltos», comenta.
Para el analista económico Alex Segura, galardonado recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como uno de los mejores comunicadores del mundo, este tipo de inversiones en el Triángulo Norte permitirían afrontar otras cuestiones que tienen que ver con una reforma migratoria integral, la creciente demanda de mano de obra extranjera en Estados Unidos y desarrollar planes socioeconómicos en esos países que darían una cierta estabilidad al continente.
“Esa partida del presupuesto a Centroamérica es una clara estrategia de lo que ya en su día prometió Biden durante la campaña electoral y que ahora quiere hacer efectiva durante su gobierno en la Casa Blanca. Sabe que si se atienden esas necesidades en la región, y se dan buenas perspectivas económicas, muchas personas no se verían obligadas a salir del país en busca de mejores oportunidades para sus familias”, exponía Segura a la VOA.
Colombia nuevo aliado estratégico
Otro de los pedidos de Biden al Congreso, y que han provocado un gran interés en América Latina, es la solicitud de 453 millones de dólares para Colombia, 41 millones más que en el último presupuesto de Trump.
Esos recursos tienen la intención de seguir sumando esfuerzos a la lucha contra el narcotráfico, pero también evidenciarían las buenas relaciones diplomáticas entre ambos países, ya que Colombia, durante más de dos décadas, se ha convertido en un aliado estratégico.
En los últimos tiempos, esa alianza se ha forjado en temas “muy preocupantes” para la Casa Blanca, como la crisis política, social, económica y humanitaria en Venezuela, que ha obligado a más de 5 millones de nacionales a abandonar el país.
Colombia ha tratado de hacer frente a esta situación. El ejecutivo colombiano, con Iván Duque al frente, anunció en febrero la creación de un Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos que permitiría que más de dos millones de venezolanos pudieran acogerse a este programa, legalizar su estatus en el país y mejorar las políticas públicas.
“Ese aumento del presupuesto a Colombia también podría entenderse como un gesto que incentive más políticas de ayuda a los refugiados venezolanos en Colombia e impulsar nuevas estrategias para afrontar las consecuencias directas de la grave y profunda crisis que se vive en Venezuela”, agrega Segura.
Tratamiento a los migrantes y muro fronterizo
Con este presupuesto, el gobierno de Joe Biden también quiere desmarcarse de las políticas de su antecesor y ha solicitado 3.300 millones de dólares para atender la situación de los niños migrantes no acompañados y solicitantes de asilo, lo que supone 1.400 millones más que en el anterior ejercicio.
Se incluyen, además, 163 millones para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) para que los funcionarios de la agencia den un “trato seguro y humano” a los migrantes y otros 30 millones para desarrollar el proyecto de reunificación familiar de migrantes.
Sin embargo, la Casa Blanca no contempla ninguna inversión en la construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México. “El presupuesto no incluye nuevos fondos para la construcción del muro fronterizo y propone la cancelación de los remanentes del año fiscal previo a la construcción del muro, que no hayan sido erogados cuando el Congreso apruebe la ley de gastos”, indica el documento.
“No tenía ningún sentido seguir con la construcción de este muro y sí con la implantación de nuevas políticas migratorias, pero hay que recordar a la actual administración que los migrantes, especialmente los niños, no pueden quedar desatendidos”, recalcaba Melissa Taveras, portavoz de la Coalición de Inmigrantes de la Florida (FLIC en inglés) a la VOA.