David Alejandro Chacón
@DavidChacon30
Primero que todo, gracias a Dios por compartir una vez más estas líneas con todos ustedes. Para Él es la gloria y la honra. El béisbol, sobre todo el de las Grandes Ligas, ha cambiado mucho en los últimos años.
Dicen que lo mejor siempre es cambiar, pero de eso no parecen muy convencidos muchos fanáticos del deporte de los bates, guantes y pelotas. Por cierto, estas últimas están siendo las grandes protagonistas en los últimos días.
Desde el lunes 21 de junio, los árbitros están en pleno derecho de revisar a los lanzadores en busca de sustancias que mejores el agarre de la pelota, algo que según una investigación de MLB ayuda a incrementar la rotación de la pelota, lo que hace que sea más difícil de batear.
“Creo que lo he visto todo en el béisbol, pero esto es nuevo, establece un nuevo precedente”, dijo Dusty Baker, manager de los Astros de Houston con más de 20 años de experiencia como coach en las Grandes Ligas.
Un show
Los árbitros tienen la potestad de pedirle a los lanzadores una revisión de su guante, gorra, manos, incluso uniforme cuando así lo sientan necesario. El juego, por supuesto, se paraliza esos minutos.
Ahora pregunto yo: ¿No y que querían que los juegos fuesen más rápidos? ¿Esto no lo retrasa más? Es una cosa totalmente incongruente.
Lo cierto es que la primera semana desde que se comenzaron a implementar estas revisiones, se han visto episodios bastante particulares, uno de ellos y capaz el más llamativo hasta el cierre de esta edición es el del lanzador mexicano de los Atléticos de Oakland, Sergio Romo, quien hasta se bajó el pantalón.
Otro que literalmente explotó fue el tres veces ganador del premio Cy Young, Max Scherzer, quien fue mandado a inspeccionar en par de oportunidades por el manager de los Filis de Filadelfia, Joe Girardi.
Scherzer, en ambas oportunidades, salió ileso de la situación. Girardi dijo después del juego que notó que el lanzador se estaba pasando demasiado la mano derecha por su cabeza, algo que no lo había visto hacer en el pasado.
Para los Nacionales, la estrategia de Girardi fue simplemente para sacar de concentración a Scherzer, quien estaba materializando una excelente apertura.
Pregunto yo, ¿será posible que los managers que pidan revisión y se equivoquen puedan recibir alguna sanción? Que sean expulsados, por ejemplo.