El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, exigió el jueves a los países centroamericanos más medidas para contener la migración ilegal porque es «mucho más urgente» que en el pasado.
«Este éxodo tiene que terminar; es una amenaza a la seguridad de Estados Unidos, y como nosotros respetamos su soberanía, sus fronteras, nosotros insistimos que respeten la nuestra», afirmó. Pese a la fuerte retórica, el vicepresidente dijo también «Queremos que vengan, pero háganlo legalmente».
Pence hizo estas declaraciones al concluir una gira latinoamericana que lo llevó primero a Brasil, Ecuador y luego a Guatemala, durante una conferencia de prensa junto a su anfitrión, el presidente guatemalteco Jimmy Morales, el mandatario salvadoreño Salvador Sánchez Cerén, y el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández.
El vicepresidente Pence anunció una reunión con autoridades de seguridad de Guatemala, Honduras, El Salvador y Estados Unidos el próximo 10 de julio, para discutir las propuestas para paliar la crisis migratoria.
Previamente, el secretario de Comunicación Social de Guatemala, Alfredo Brito, había dicho que el único tema de discusión sería la situación de los migrantes a raíz de la política «cero tolerancia» implementada por Washington. Y aunque todo apuntaba a que en el encuentro iba a haber reclamos de los centroamericanos para agilizar la reunificación de las familias separadas en Estados Unidos, no fue así.
El mensaje de Pence fue sumamente contundente, exigiéndoles a los países del llamado «triángulo norte» de Centroamérica que hagan mucho más para parar la migración.
Se necesita que sus países «hagan más», afirmó. «En la frontera sur se necesitan más acciones y es mucho más urgente que en el pasado».
La esposa del vicepresidente, Karen Pence, visitó con parte de la comitiva estadounidense la zona de desastre dejada por la erupción reciente del Volcán de Fuego en Guatemala.
«Viajé a Escuintla para reunirme con familias desplazadas por la erupción del Volcán de Fuego del 3 de junio en Guatemala. Visité un refugio creado para familias afectadas por el desastre. Nuestros corazones están con todos los que aún sufren por la devastación. Estamos con ustedes», escribió la señora Pence.
El vicepresidente se entrevistó con los centroamericanos después de reunirse con el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, en Quito, donde habló de otra «amenaza especial a nuestra seguridad», la crisis venezolana.
Pence consideró «increíble que uno de los países y economías más vibrantes (de América) es ahora un estado fallido. El pueblo venezolano está sufriendo, Venezuela era rico, ahora es pobre, era libre ahora está oprimida… está colapsando».
Moreno respondió que «ambos países manifestamos nuestra preocupación por la situación económica y la crisis humanitaria en Venezuela, que ha causado el éxodo de más de dos millones de venezolanos a varios países, incluyendo Ecuador», y precisó que la solución para Venezuela solo pueden llevarla a cabo los venezolanos.
La posición ecuatoriana sobre ese país difiere abiertamente de la que mantuvo durante la última década en el gobierno de Rafael Correa, cuando era un aliado cercano de Caracas.
Moreno fue más allá y también criticó y condenó la violencia en Nicaragua, otro país del cual Ecuador era aliado.
Aparte de este tema, Pence y Moreno abordaron temas comerciales en beneficio de Ecuador, la protección a los migrantes, la lucha contra la corrupción de exfuncionarios ecuatorianos refugiados en Estados Unidos y temas de seguridad.
El vicepresidente estadounidense agradeció al presidente de Ecuador las atenciones durante su visita.
«Gracias, presidente Lenin Moreno por hospedarnos hoy. El nuestro estaba destinado a ser un Hemisferio de Libertad. La historia mostrará quién defendió la libertad en esta hora. Renovó nuestra asociación por el bien de nuestra gente. Gracias por su amistad. ?? ??», escribió Pence en Twitter.
Anteriormente, el vicepresidente Pence había escrito: «Honrado de estar en Ecuador. Gracias a nuestros amables anfitriones, presidente Lenín Moreno y Primera Dama Rocío González de Moreno. La libertad ha sido la fundación de la amistad entre nuestras naciones por casi 200 años. Hoy estamos renovando nuestros vínculos».