El presidente Laurentino Cortizo dijo que ha sido “arbitraria” la reciente inclusión de Panamá en una lista de naciones consideradas paraísos fiscales por parte de la Unión Europea y anunció que pedirá al bloque una evaluación justa.
La reacción del mandatario obedece a que los ministros de finanzas de la Unión Europea agregaron a Panamá, Seychelles, las Islas Caimán y Palau a la lista negra de paraísos fiscales de la UE, según documento del bloque europeo divulgado el martes.
“No queremos un favor de la Unión Europea, lo que queremos es que nos den un trato igual como a otros países que no están en la lista”, aseguró el gobernante durante la sanción de una nueva ley que regulará el teletrabajo, es decir, aquel que se hace remotamente desde casa.
El gobierno descartó que esté considerando aplicar alguna medida de represalia hacia el bloque europeo, pero Cortizo enfatizó que Panamá está “haciendo todo el esfuerzo” para salir del listado ya mencionado y otro adicional: esta nación fue incluida en 2019 en una lista del Grupo de Acción Financiera Internacional de naciones con incumplimientos o falta de contundencia en la aplicación de las leyes contra el blanqueo de capitales y el financiamiento del terrorismo.
La lista, que se creó en 2017 después de las revelaciones de los esquemas de evasión y evasión fiscal generalizados, ahora incluye 12 jurisdicciones.
Además de Panamá, los ministros de Finanzas de la UE incluyeron también en su lista negra al territorio británico de ultramar de las Islas Caimán, una decisión interpretada como una «advertencia» al Reino Unido posbrexit.
«Estos países o territorios no han cumplido, en el plazo convenido, las reformas fiscales a las que se habían comprometido ante la UE», indicó en un comunicado el Consejo de la UE, que también agregó a Palaos y Seychelles.
Agregar centros financieros como las Islas Caimán y Panamá marca un cambio para la UE. Varias revisiones se habían dejado en la lista principalmente islas del Pacífico y el Caribe con casi ninguna relación financiera con la UE, lo que generó críticas por ser demasiado indulgente con los paraísos fiscales.
Las otras jurisdicciones enumeradas son Fiji, Omán, Samoa, Trinidad y Tobago, Vanuatu y los tres territorios estadounidenses de Samoa Americana, Guam y las Islas Vírgenes de EE.UU.
Aquellos en la lista negra enfrentan daños a la reputación, un mayor escrutinio en sus transacciones financieras y corren el riesgo de perder fondos de la UE.
El archipiélago de las Seychelles de África oriental se agregó a la lista negra porque tiene un «régimen fiscal preferencial perjudicial», según el documento de la UE.
Panamá, considerado por décadas como un paraíso fiscal, ha realizado en los últimos años diversas reformas para proteger su centro financiero, uno de los más grande Latinoamérica, de la evasión fiscal. Además, ha firmado acuerdos con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico para intercambiar información fiscal.
Volver a incluir a Panamá en una lista de paraísos fiscales –territorios que aplican un régimen tributario favorable a extranjeros– no es bien visto en momentos en que el país centroamericano, que tuvo el mayor crecimiento regional en la última década, atraviesa una desaceleración económica. Por ello, el presidente insiste en atraer mayor inversión extranjera para reactivar la economía.
La Asociación Bancaria de Panamá, que aglutina a unos ochenta bancos entre locales y extranjeros, también consideró que el país no ha sido objeto de una evaluación técnica objetiva por parte de la Unión Europea.