El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, anunció este viernes que el uso de la mascarilla dejará de ser obligatorio desde el 11 de julio próximo en espacios abiertos y cerrados en todo el país, que a la fecha acumula 8.364 muertes por la covid-19 y 921.364 casos.
Al rendir su informe de gestión anual ante el Parlamento, Cortizo dijo sin embargo que la medida sanitaria del uso de la mascarilla se mantendrá en las instalaciones de salud públicas y privadas, así como en el transporte público.
Panamá, que enfrenta una prolongada quinta ola pandémica marcada por una ligera subida de las hospitalizaciones, ya aprobó en marzo pasado eliminar el uso de cubrebocas en los espacios abiertos o al aire libre siempre que no hubiera aglomeraciones, una medida derivada la bajada de los casos y las muertes por la covid.
El presidente panameño, de 69 años, resaltó que Panamá ha recibido el «reconocimiento internacional» por su proceso de inmunización contra la covid-19, que lleva 8.396.284 dosis de vacunas aplicadas desde el 20 de enero de 2021 en este país de 4,2 millones de habitantes.
La cobertura de inmunización en los mayores de 5 años es de al menos 87,8 % con primera dosis; 78,5 % con segunda dosis, y 51,9 % con la primera dosis de refuerzo que se aplica al segmento de 16 años en adelante, según los datos oficiales.
Esta estrategia de vacunación ha garantizado la inmunización «a todos los panameños» y ha sido un «factor determinante para la reactivación económica», afirmó el jefe del Estado.
«Hace 36 meses nadie podía prever lo que hemos vivido durante los últimos 28 meses, el más duro desafío que haya tenido gobierno alguno en la historia de nuestro país. En esta tormenta de tormentas no hubo ni hay descanso», declaró.