Así lo destacaron este lunes representantes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas, que están en Panamá para conversar con autoridades gubernamentales sobre el incremento del flujo de miles de migrantes en tránsito por este país hacia Norteamérica, y conocer el asunto de cerca.
Para los representantes de la OIM es importante que todas las partes trabajen en lograr una migración regularizada, digna y segura para las personas migrantes, y buscar que éstos sean incorporados en la recuperación poscovid, aunque reconocen que no es un asunto que se logre a corto plazo.
Ugochi Daniels, Directora General Adjunta de Operaciones de la OIM, dijo durante una rueda de prensa que se trata de un tema «muy complicado» en el que no caben «reparaciones rápidas», sino «soluciones sostenibles a largo plazo» que incluyan la protección a los niños, todo a través de un «acercamiento regional».
En ese sentido, Daniels valoró que Costa Rica, Panamá y República Dominicana concretaran en septiembre pasado una alianza de diálogo y la cooperación en asuntos de desarrollo y democracia, y abogaran por soluciones para la situación de Haití que está causando una crisis migratoria en la región.
Daniels indicó que hay que reconocer que los Gobiernos tomen este liderazgo en el marco de un acercamiento regional a la problemática, pero que no es una solución para un solo país, sino que además las ONG y el sector privado deben trabajar junto al Gobierno en un flujo migratorio regularizado.
Amy Pope, Directora General Adjunta de Gestión y Reforma de la OIM, dijo que el número de migrantes se ha elevado este año «más que en los años previos, 2001-2020», y abogó también para trabajar en una solución regional a los retos que plantea esta problemática.
Pope señaló a Efe que cuando hay una migración de alto volumen «no hay una sola solución para este tipo de situación (…), debes entonces identificar personas que van a necesitar protección, y poder identificar a personas que van a necesitar asistencia bajo los parámetros de Naciones Unidas».
«Lo que queremos ofrecer inicialmente es un programa comprensivo, el cual le pueda dar al migrante, facilitarle lo básico, lo que es alimento, refugio, agua. Lo que hacemos entonces es ayudar a través de las autoridades, los Gobiernos, donde ellos lo permitan, donde se está trabajando, donde se está dando este fenómeno», afirmó Pope.
En los últimos años la región centroamericana, especialmente Costa Rica y Panamá, ha atendido oleadas de miles de migrantes, la mayoría haitianos, que buscan llegar hasta Estados Unidos.
Actualmente, miles de haitianos están en comunidades fronterizas de Colombia y Panamá, y otros miles ya cruzaron Centroamérica y se encuentran en la frontera entre México y Estados Unidos.
Durante su viaje, estas personas arriesgan su vida en zonas selváticas peligrosas como el Darién, por donde ingresan a Panamá, y están propensos a sufrir violencia, a robos y al pago de miles de dólares a traficantes de personas.
La misión de la OIM, que está en Panamá como parte de una gira por Colombia, México y EE.UU., se trasladará este martes a la zona del Darién para visitar las estaciones de recepción migratoria (ERM) donde los migrantes son llevados para tomarles datos biométricos y darles asistencia sanitaria y alimentaria.