En el escenario de un mercado laboral mundial revolucionado, que se está reinventando sobre la marcha para lograr que los colaboradores vuelvan a las oficinas, con el fin de no perder la conexión humana ni la cultura empresarial; el futuro de las oficinas se basará en 4 pilares: flexibilidad, sostenibilidad, conectividad y entornos saludables; según The Work Book, un ebook elaborado por Michael Page, marca perteneciente a PageGroup, en alianza con Great Place to Work® y Glüky Group, sobre las tendencias que marcarán la nueva realidad de los espacios de trabajo.
La investigación que sustenta el documento señala que 97% de los profesionales considera que las oficinas están estrechamente vinculadas con temas de integración, transformándose en espacios de conexión infinita que contemplan desde la colaboración, hasta la vinculación con profesionales de otros sectores.
En esta nueva edición de The Work Book se precisa que el 55% de los trabajadores a nivel mundial desea trabajar en la oficina siempre y cuando los espacios les hagan sentir cómodos y motivados.
“En otro orden de ideas, las oficinas sostenibles reducen entre un 30 y 50% el uso de energía, consiguen un aumento de hasta un 16% en valor de activos y reducen las emisiones de CO2 hasta un 35%. De esta manera, se cumple no solo con las prioridades económicas, como el retorno de inversión y la reducción de riesgos, sino también prioridades sociales como la salud y productividad de los empleados”, indicó Juliana Otálvaro, Senior Executive Manager PageGroup Panamá y Centroamérica.
Las nuevas oficinas tienen como protagonistas a los espacios abiertos, dejando atrás los puestos fijos y los lugares cerrados. La tendencia para 2023 será la de promover metodologías ágiles de trabajo generando un clima laboral sano e innovador. El documento señala que la tendencia será hacer una distribución estratégica de los distintos espacios dentro de la oficina donde 40% debe estar destinado al trabajo individual, entre 30% y 40% al trabajo colaborativo y entre 20% y 30% a espacios informales y de dispersión.
Otálvaro indicó que esta es una tendencia que está en auge y podría decirse que más o menos el 20% de las empresas están implementándola. “En Panamá y Centroamérica el 10% de las empresas ya lo están implementando”.
La incorporación de elementos naturales en la oficina como plantas, flores y árboles proyecta más cercanía y se percibe más humano. Es una de las mejores maneras de generar conexión y un ambiente de tranquilidad que contribuye a la creatividad y bienestar.
De igual manera, los puestos disponibles para los trabajadores deben suplir sus necesidades y estar adaptados a los nuevos tiempos. Eso quiere decir que la tecnología tiene que ser de punta y promover la conectividad, con internet veloz, suficientes conexiones eléctricas y sillas ergonómicas, así como un sistema de iluminación inteligente.
Acciones para la transición
Entre las recomendaciones que brinda el documento preparado por Michael Page destaca que la primera acción será redefinir el papel de la oficina en la dinámica de los equipos de trabajo. Las empresas deben estar atentas a lo que la gente valora cuando está en la oficina y qué los que los motiva a ir; e implementar una estrategia acertada que involucre las motivaciones y expectativas de los colaboradores con la necesidad de la organización de generar una cultura de pertenencia, alta competitividad y productividad.
La segunda acción es definir pautas para trabajar desde casa y los momentos cuando la presencialidad se traduce en productividad. Es importante tener muy definidos los distintos roles que conviven en una organización, ya que los enfoques personalizados pueden otorgar una mayor flexibilidad y establecer modelos de rotación para manejar el tráfico que va a tener la nueva oficina.
La tercera acción es actualizar las formas de trabajar. “Además de las oficinas del futuro, un nuevo concepto de trabajo se está abriendo paso: el trabajo asíncrono o trabajar en equipo de manera diferida en el tiempo. Es decir, en distintos momentos del día. Las ventajas son mayor productividad y la motivación”, señaló Otálvaro.
Estas nuevas formas de trabajo benefician a los empleados no solo a corto plazo sino también a largo plazo a medida que desarrollan nuevas habilidades y mejoran sus propias competencias.
“La oficina y las formas de trabajar como las conocíamos se han ido. En su lugar, tenemos la gran oportunidad de rediseñar dónde y cómo trabajaremos, brindando mejores experiencias a nuestros empleados y fortaleciendo sus habilidades blandas. La reconfiguración de los espacios de trabajo garantizará culturas solidarias, innovadoras, productivas, saludables y más sostenible. En esta nueva dinámica es imprescindible establecer reglas de juego claras que eviten la confusión de los colaboradores”, Otálvaro.