El creciente número de migrantes en tránsito que mueren en el Darién, la peligrosa jungla que es frontera natural de Panamá con Colombia, ha desbordado las dos pequeñas morgues que sirven a la zona, alertó este miércoles el director del instituto forense panameño, José Vicente Pachar.
En lo que va de año se han registrado «alrededor de 50 muertes de migrantes» en la frontera norte panameña, donde hay dos morgues con capacidad para albergar en total 10 cadáveres, explicó a Efe el director general del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Panamá (IMELCF).
«Tenemos uno (depósito) en La Palma, con capacidad para 8 cuerpos, y el otro en El Real, con capacidad para dos cadáveres. Cantidad totalmente insuficiente, porque en lo que va del año ya llevamos registrados alrededor de 50 casos», afirmó Pachar.
El director del IMELCF cree que esta tendencia al alza de decesos de migrantes se mantendrá «porque hay más de 20.000 pendientes para pasar (desde Colombia) a través de la jungla de Darién hacia el norte» del continente.
Según datos de la oficina de Migración de Panamá, hasta la tercera semana de septiembre habían entrado por el Darién más de 88.000 migrantes. Esta población en movilidad es llevada a albergues donde se les toman datos biométricos y reciben alimentación y servicios sanitarios antes de seguir su camino al norte.
En la frontera norte panameña hay «una crisis humanitaria» dado el paso de miles de migrantes, y «se dan situaciones de violencia contra ellos, o situaciones accidentales o muertes naturales», por lo que «hay una cantidad de fallecidos en el área».
Los migrantes que cruzan el Darién están expuestos «a los insectos, a la víboras, inclusive a ataques por allí, hay grupos criminales activándose», recalcó el funcionario panameño a Efe.
AUMENTO DE DELITOS CONTRA MIGRANTES
Lo que ocurre en la frontera del Darién «ha creado una situación crítica» para el ente forense que, junto al Ministerio Público (MP), no solo atiende casos de personas fallecidas sino también denuncias de lesiones personales y asaltos sexuales contra la población migrante en movilidad.
«Lo que hemos observado es que hay un incremento en la cantidad de la comisión de estos delitos», afirmó el director del Instituto de Medicina Legal.
En el caso de las muertes, en general son los propios migrantes quienes alertan a las autoridades panameñas.
«Los peritos del instituto forense basados en La Palma se movilizan por canoa, por lancha y a pie durante jornadas extensas, hasta lugares inhóspitos en la selva en donde localizan los restos humanos. Se procede a una investigación, como una escena de crimen (…) para posteriormente llevar los cuerpos hacia los depósitos» en La Palma y en El Real.
Hay un «equipo de respuesta compuesto por médicos forenses, personal de criminalística, odontólogos y un antropólogo forense que están yendo periódicamente (a Darién) a hacer el transforense, que básicamente es establecer la identidad de estas personas, la causa de la muerte».
Y luego «como no son reclamados, porque muchos de ellos están en una situación ilegal, se procede con el entierro de acuerdo con los protocolos internacionales, con dignidad, con una individualización de cada caso que nos permita a futuro, si vienen familiares o seres queridos a reclamar el cuerpo, cómo ubicarlo».
UN TEMA HUMANITARIO QUE REQUIERE DE APOYO INTERNACIONAL
Este es un «tema humanitario que requiere de apoyo internacional (…) de hecho, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) nos asesora, nos apoya, tanto en la parte científica que hay que abordar cuando se encuentra el cadáver de un migrante, porque el problema fundamental es la identificación (…) como el manejo de estos cuerpos de manera humanitaria, respetuosa, ética y en el marco legal».
La «crisis humanitaria» por la población migrante en movilidad centra una reunión de la Red Iberoamericana de Instituciones de Medicina Legal y Ciencias Forenses, cuya directiva participa presencialmente desde Panamá mientras que los representantes de la veintena de países miembros lo hacen virtualmente.
«Se está analizando la ayuda internacional y el abordaje a través de protocolos, respetando los derechos desde una perspectiva ética y legal tomando en cuenta que (los migrantes) son seres humanos y que merecen un trato digno», dijo Pachar a Efe.