Me imagino que muchos de ustedes, se acuerdan de la serie “Miami Vice” protagonizada por Don Johnson. Y los que no, pueden buscarla en YouTube o en esos canales que pasan series viejas.
Pero da la casualidad, que hoy no hablamos de esa serie que trataba (oh casualidad) de la cantidad de vicios que en esta ciudad podían pasar. Hoy podríamos volver a grabar algunos capítulos, con cambio de protagonistas.
Todos los que vivimos aquí, sabemos de la cantidad de “vices” que hay por todos lados. Con carros de lujo, comprando casas a brinco rabioso y todos los etcéteras. Sólo que, en este caso, “Taré” loca de decir que el vice, forma parte del antiguo Miami Vice.
¿Cómo se le ocurre al departamento del tesoro de Estados Unidos, decir que un revolucionario del siglo XXI tiene empresas en el imperio? ¿Cómo creen que este ejemplo de la revolución bonita, pueda tener propiedades e inversiones en un país tan capitalista como éste? Qué infamia.
Han sido tantas las acusaciones contra el pobre Tarek, que lo que da es ganas de llorar. Todas sus cositas, han sido retenidas por el imperio. Sus cositas tan preciadas, como sus cuenticas bancarias (las cuales estaban a nombre de otro señor, tan generoso él) su avioncito, y una que otra empresa pequeñita en un pobre barrio de Miami, al que llaman Brickell.
No se entiende eso. A ver. Una persona que tiene tantas cosas, no puede andar por la vida rebuscándose un dinerito, vendiendo pasaportes, ¿verdad?
La gente que hace negocios con pasaportes son los que conocemos como gestores ¿No es cierto?, Bueno… Los gestores se andan paseando por El Silencio con unos celulares de esos “vergatarios” buscando clientes. Aunque sí. Hay otros con tremendos trabucos. Pero esos gestores andan en camioneticas. No tienen aviones, y ni siquiera conocen Brickell. Es más: Ni siquiera tienen visa. Y esa es otra… Le quitaron la visa al pobre Tarek. Es que el imperio es muy duro y además, injusto.
En esta hora aciaga para el pobre Tarek, tenemos que ser solidarios. Pónganse ustedes en sus zapatos: a mí, por ejemplo, me castigó mi mamá una vez que le dije que dejaba la universidad para irme a trabajar a la televisión y me quitó el carrito que me había regalado… ¡Yo lloré más que Diosdado, cuando el difunto nombró a Nicolás como su sucesor! (Sí. Mi mamá era más dura que el imperio messmo) Claro, yo lloré y reclamé porque el carrito era mío, pero cómo va a reclamar el pobre Tarek, si seguramente va a decir que eso no es de él.
Debemos ser solidarios con el pobre Tarek. Menos mal que ahora Nicolás lo nombró como vice. Con su sueldo podrá ir ahorrandito y con el rebusque de los pasaportes, volverá a remontar la cuesta. Pero no. Ni siquiera eso. Ahora Venezuela no tiene pasaportes. ¿Un rebusque con los Clap? Tampoco. Eso lo tiene Freddy Bernal.
Tendremos que ver otra vez los capítulos de Miami Vice, porque aquella película llamada “La Noche de Las Narices Frías” ya es un refrito. Pobre Tarek.
Cariños y hasta la próxima…