El sábado pasado, el comandante adjunto de la marina iraní, contraalmirante Hassani Moqaddam, anunció que Irán planea enviar a Venezuela barcos de guerra con helicópteros especiales, en una misión que podría durar cinco meses (https://bit.ly/2zF6jlr). Este lunes, el dictador de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, realizó una visita oficial a Venezuela. Un día después, Maduro partió para Rusia, para sostener un encuentro con Putin.
Estas acciones, que forman parte de un libreto diseñado en Cuba, tendrían el propósito de crear un conflicto internacional, con el objetivo de mantener a Maduro en el poder después del 10 de enero de 2019, cuando supuestamente se vence su mandato, a cambio de entregar a Rusia, China, Cuba, Irán y otras naciones, el control sobre nuestro territorio nacional.
Maduro sabe que está acorralado: el gobierno norteamericano y el presidente electo del Brasil, Jair Bolsonaro, han dicho claramente que tomarán acciones para restablecer la democracia en Venezuela; el Canciller de Chile anunció públicamente que varias naciones desconocerán al régimen venezolano a partir del 10 de enero; cada vez surgen más indicios en el exterior de la grosera corrupción de los jerarcas y aliados de la revolución, por lo cual han sido sancionados por diversas naciones; y Maduro sufrió una derrota humillante en su reciente visita a México.
Por estos motivos, Nicolás Maduro, con la asesoría de Raúl Castro, pretende ocasionar un conflicto parecido a la “crisis de los misiles”, ocurrida en Cuba en 1962, la cual conllevó a un acuerdo entre Rusia y Estados Unidos para dejar a Fidel Castro en el poder indefinidamente.
La Gran Alianza Nacional, GANA, hace un llamado urgente a las fuerzas vivas del país y a la comunidad internacional, para impedir que Maduro y los cubanos logren sus objetivos. En este sentido, no podemos esperar hasta el 10 de enero para un cambio de gobierno, sobre todo considerando que Maduro es ilegítimo desde hace tiempo, primero, porque es colombiano; segundo, porque cometió fraude en las elecciones de 2013; tercero, porque fue destituido por la Asamblea Nacional el 9 de enero del año pasado; y cuarto, porque fue condenado por el TSJ Legítimo debido al caso Odebrecht.
Por tanto, la Asamblea Nacional debe nombrar un sustituto en los próximos días, sin esperar hasta el 10 de enero; y si no lo hace, el TSJ Legítimo debe suplir la omisión legislativa designando un gobierno de emergencia.