El presidente de Argentina, Mauricio Macri, consideró este viernes que hay que seguir la situación de Venezuela «desde una posición firme» y «sin eufemismos» porque, aseguró, en el país caribeño «no se respeta la democracia» ni los derechos humanos.
En un encuentro con medios españoles en la residencia presidencial de Olivos, en la provincia de Buenos Aires, previo al viaje que realizará a Madrid la próxima semana, el mandatario mostró su rechazo a la decisión del Tribunal Supremo de Justicia venezolano, que este jueves ratificó la condena de casi 14 años al opositor venezolano Leopoldo López.
«Fue una ‘pseudoCorte’ Suprema la que confirma una condena que no corresponde con Leopoldo López», aseveró antes de insistir en los «límites» que tiene Argentina, que ejerce la presidencia pro tempore del Mercosur, para influir en los «asuntos internos» de un país.
Macri apuntó que las cosas «están peor» en Venezuela que hace un año e hizo hincapié en que a los argentinos les «toca de cerca» porque el kirchnerismo, que gobernó durante 12 años antes de la llegada al poder del líder del frente conservador Cambiemos en diciembre de 2015, estuvo «al borde» de «chavizar» el país austral.
«Tuvimos que luchar mucho para evitarlo», afirmó antes de anunciar que intentará ayudar a que se salde el conflicto político, económico y social en el que, a su juicio, «ha caído Venezuela».
Por su parte, el Gobierno de Nicolás Maduro repudió las declaraciones que emitió el presidente de Argentina, Mauricio Macri, que más temprano llamó a seguir la situación de Venezuela «desde una posición firme» y «sin eufemismos» porque, aseguró, en el país caribeño «no se respeta la democracia» ni los derechos humanos.
El presidente también se refirió a la gestión de su par en Estados Unidos, Donald Trump, e insistió en que «hay que darle tiempo».
Pese a que el mandatario estadounidense ya ha puesto en marcha medidas proteccionistas que afectan a Argentina, como la paralización durante 60 días de la importación de limones procedentes del país austral, Macri expresó su voluntad de continuar la relación de apertura que comenzó con la gestión anterior de Barack Obama.
«Hay que lograr puentes con la mayor cantidad de países», aseveró el presidente.