La también compositora y actriz regresó al Istmo después de representar a Venezuela en el Festival de Viña del Mar 2017
Lydia Arosemena aprendió a luchar desde el momento que vio la luz por primera vez hace 32 años en Salamanca, España. Nació con un teratoma adherido al coxis y apenas salió del vientre de su madre, resistió una operación de 14 horas. Su padre, panameño, y estudiante de medicina en aquel entonces, estuvo presente para vigilar los detalles de la delicada intervención.
“Era esa operación o no poder caminar. En el hospital en vez de bebé, me llamaban producto porque supuestamente no iba a vivir. Una vez superé la operación, me contó mi padre, que mi abuela llegó a decir que yo venía con un talento especial”, recordó Arosemena. Su abuela no se equivocó.
Lydia Arosemena es una de las voces más privilegiadas del país, gracias a un talento natural que ha ido puliendo. Ganó un par veces el premio la “Mejor Voz” en el colegio, a los 11 años de edad compuso la primera canción de las más de 30 que ha escrito y a los 15 años debutó profesionalmente con la banda Génesis.
“Mi papá me cuenta que de nueves meses, antes de hablar, escuché la canción El Carnaval de Fernando Villalona y comencé a emitir sonidos, a tararear. Nací con la música en mis venas”, dijo Lydia con una sentida sonrisa.
Apoyo incondicional
Su pareja, Erick Lasso, también músico, su padre Arístides Arosemena, sus tres hijos, y los cálidos abrazos de su madre Pilar Escanilla, son el máximo apoyo en su carrera musical, que ha estado, en parte, influenciada por artistas de la talla de Isabel Pantoja y Alejandro Sanz, este último, su gran ídolo.
Lydia, quien también estudió leyes, canta de todo, incluso rock (lo hizo con la banda Fayruz), salsa, música folclórica, baladas en inglés y lo que le propongan. “Siempre y cuando revise el proyecto antes”, aclaró.
Esa versatilidad, que hasta le permitió actuar en una obra musical, la ha llevado a captar la atención de grandes personalidades, como Marcos Linares, guitarrista de Gloria Estefan y Luis Thomas, quien actualmente es su productor. Linares, precisamente, le abrió el camino para la que considera una de sus mayores bendiciones.
“Me puso en contacto con el señor Ignacio Salvatierra, quien al final me eligió para cantar El Platanal, canción con la que participamos este año en el Festival de Viña del Mar”, explicó. A Lydia le tocó representar a Venezuela, por ser Salvatierra de ese país.
Viña del Mar fue conjunto de bendiciones para la artista panameña que actualmente está terminando su primera producción musical como solista y compositora. No quiso revelar el nombre, pero adelantó que viene cargado de muchas fusiones musicales.
“Cantar el exterior fue algo grandioso y sé que abrirá muchas puertas. Me sentí orgullosa de representar a un país que quiero y considero hermano como Venezuela. No ganamos esta vez, pero sé que vendrán otras oportunidades”.
Arosemena le agarró el gusto a Venezuela. Entre sus metas está grabar algún día con Guaco, banda que considera “espectacular” y que le recuerda a su media naranja. “Mi esposo me dedicó la canción Pa’ ti, un tema hermoso. Además, quisiera cantar con Franco de Vita”, cerró.
En pocas palabras…
Un país: Grecia y Cuba.
Un plato de comida: Las lentejas que hace mi mamá.
Un libro: 11 minutos de Paulo Coelho.
Una canción: Amor del Bueno de Reyli Barba.
Un cantante: Alejandro Sanz.
Un personaje que admires: Mi padre, Arístides Arosemena.
Una frase: “Diseño de Dios eres porque él ya te pensó y creó antes de venir a este mundo. El plan que tiene para ti no lo podrá detener nadie”.