Bruno Giordano, ex delantero italiano, recordó su amistad con Diego y lo que provocó la llegada del 10 a Nápoles. Además, se deshizo en elogios sobre la clase de persona que era dentro y fuera de la cancha y el por qué “no habrá otro como él en el Napoli”.
Este 25 de noviembre el mundo se paralizó por el fallecimiento de Diego Armando Maradona. El futbolista más importante de todos los tiempos perdió su vida y miles de personas a nivel mundial manifestaron su tristeza. Uno de ellos fue Giordano, ex compañero durante tres años en el Napoli, siendo parte de la etapa más trascendental de Pelusa en su carrera deportiva. “No puedo sentirme tan mal. Para mí, Diego era un hermano. Es difícil la situación, su ausencia es demasiado grande”, le aseguró a Infobae muy dolido desde Roma.
El ex delantero se encuentra a 11.289 km de distancia de Buenos Aires, pero el dolor por la pérdida de Diego transciende fronteras: “Para mí, fue más grande como amigo que como futbolista. Estoy en contacto permanente con Claudia Villafañe, Dalma y Gianinna para abrazarlas fuerte y tratar de calmar el inmenso dolor que sentimos”, dijo el hombre de 64 años, hoy comentarista deportivo de televisión.
En Napoli, Diego comenzó a construir su propia leyenda. Dejó un registro imborrable donde conquistó su primer Scudetto en 1987 y desató una fiesta sin precedente en la historia de Italia, ya que la institución del sur logró su primera estrella y el argentino fue el gran artífice que lo forjó a la eterna idolatría de todo un pueblo. Esa conquista histórica se dio el 10 de mayo de 1987, en un colmado San Paolo, donde el Napoli igualó 1 a 1 con la Fiorentina ante 90 mil espectadores. Fue por la penúltima fecha y con ese empate, se coronó campeón con 42 puntos, tres más que la Juventus. A partir de ese día, la imagen de Maradona se transformó en el Dios de la ciudad.
El oriundo de Villa Fiorito pasaba a ser el hombre más amado de Nápoles, querido e idolatrado por los napolitanos, admirado por sus compañeros y odiado por sus rivales. “Nápoles se transformó en una ciudad completamente alegre y feliz. Era un pueblo triste, golpeado. Pero a partir del día de la consagración la gente se volvió loca y no se podía salir a la calle. Era una ciudad que siempre deseaba alcanzar grandes objetivos, pero nunca lo había logrado. Con la llegada de Diego, Napoli entendió que había llegado el momento de la venganza hacia los poderosos. La llegada de Maradona trajo sus buenas consecuencias, como el arribo de otros futbolistas importantes. Diego no es el mejor jugador en la historia del Napoli, es el mejor en la historia del fútbol”, sostuvo Giordano.
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