En el justo momento que Perniciaro se enteró vía Instagram del primer casting de Master Chef Panamá, cerró los ojos, respiró un poco y se imaginó entre los 12 clasificados. Él no sabía cómo iba a suceder, pero se atrevió. Se trasladó hasta Villa Lucre, locación de esa primera prueba, y lo intentó.
Perniciario, de 39 años, nació con una malformación congénita (no se desarrolló por completo su mano derecha), sin embargo esto no ha sido impedimento para destacarse en distintas áreas, sobre todo en la cocina. El nacido en Ciudad Bolívar es el popularmente conocido: “cocineros de las fiestas”.
Le encanta la cocina y no iba a perder la oportunidad de demostrar su talento en Master Chef Panamá. “En mi vida me ha tocado, por mi incapacidad física, demostrar que sí puedo y sí puedo. ¿Cómo es esto? Primero que me acepten y luego demostrar que sí puedo mantenerme”, dijo con cara de satisfacción.
Para convencer al jurado de Master Chef Panamá preparó un pargo rojo con guasacaca, una ensalada de diferentes lechugas (aderezo de reducción de maracuyá) y papas rosti de carbohidratos.
De los tres jueces, Felipe Milanés, Cuquita Arias de Calvo y Fabien Mignoli, fue este último el que probó su plato. “Llegó con diez cámaras detrás de él. Probó, me preguntó qué era, le dije de qué se trataba, pero no dijo más nada y se fue. No me entregó la paleta de clasificado”, recordó Perniciaro.
¿Se acababa el sueño?
“Me fui del set y seguí mi vida normal. Pensaba que no lo había logrado. Seguí trabajando como repartidor de comida en el área de Marbella y listo”, contó el participante venezolano.
Dos meses después de aquel casting llegó un mensaje que lo dejó sorprendido. “Decía: ‘te estamos escribiendo de Master Chef, ¿podemos hablar contigo?’ Me llamaron y me explicaron que en aquel momento, con todo el movimiento, se me cayó el número (el de identificación de cada concursante) y perdieron mis datos. Cuando están haciendo la escogencia final, comentaron que al chef Mignoli le había gustado un participante de Villa Lucre y había lamentado no haberle dado la paleta”.
Todo eso pasó a solo tres días de la grabación del primer episodio de Master Chef Panamá. “Comprendí desde aquel entonces que era mi momento de demostrarle a las personas que sí se puede, no importa por lo que padezca, siempre y cuando se tengan las ganas y la entrega”.
Y Perniciaro lo hizo. Durante cinco capítulos que duró su participación (son 10 en total) dejó claro que las barreras son netamente mentales. No le importa haber quedado fuera sin ganar, pues su principal era objetivo era inspirar a los demás.
“Aunque no les he preguntado directamente, sé que varios participantes se asombraron un poco cuando me vieron con la malformación en la mano, pero se asombraron mucho más aún cuando me notaron trabajando. Hay personas que se ríen de mi porque me ven diferente, pero yo me río de ellos porque son normales”.
Para celebrar su éxito en Master Chef, Perniciaro se tatuó la frase “sí se puede” en su antebrazo derecho.
Satisfacción
Leonardo siempre trabaja para que su familia en Venezuela, en especial su madre y su hijo de casi tres años que aún no conoce (problemas con el pasaporte) se sientan orgullosos de su trabajo.
“Mi mamá lloró cuando se enteró. Es realmente gratificante que tu familia sienta orgullo al nombrarte. Lo que me ha pasado sé que es una puerta abierta para las cosas maravillosas que vienen de ahora en adelante, una de ellas conocer a mi hijo a principios de 2020”, dijo entre lágrimas.
Perniciaro, además, está muy agradecido con Panamá, país en el que reside desde hace tres años. “La gente me ve en la calle y me dice ‘sí se puede’. Ya ese es mi gran triunfo. Los panameños me han ayudado muchísimo y en la calle me piden que cocine con ellos”.
Cuando cerró esta edición estaba por transmitirse el sexto capítulo de esta primera edición de Master Chef Panamá. Bárbara Méndez, su compatriota, seguía en carrera.
“Además de excelente en la cocina es una excelente amiga. Es mi favorita para ganar la competencia”, dijo.
En pocas palabras
Un país: Venezuela.
Un plato de comida: Pabellón.
Un libro: Mi cocina, el libro rojo de Armando Scannone.
Un chef: Carlos García.
Una película: Mi receta perfecta.
Una persona que admires: Mi mamá.
Un grupo musical: Caramelos de Cianuro.
Una frase: Nunca renuncies a un sueño por el tiempo que necesitas para lograrlo.