TEXTO: VOA (Belén Mora, Alejandra Arredondo)
Para la industria aérea la pandemia de COVID-19 representa una crisis sin precedentes. Desde la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés) estiman que la recuperación traerá importantes cambios para los usuarios.
Con el cierre de las fronteras debido a la pandemia de coronavirus, el transporte aéreo de pasajeros se detuvo casi por completo. De 200.000 vuelos diarios, en todo el mundo, en estos momentos permanecen activos tan solo el 10%.
Para Peter Cerda, vicepresidente regional de la IATA, esta situación tiene un impacto económico y social profundo. En América Latina, la pandemia ha generado 18.000 millones de dólares en pérdidas a la industria.
“No solo es un impacto económico, sino es un impacto a nivel de trabajo y lo que es la contribución al PIB de nuestras regiones y nuestros países”, señaló Cerda la Voz de América.
Tres millones y medio de empleos estarían en peligro sólo en Latinoamérica, según Cerda. Lo que demuestra la importancia de la industria para una región con problemas endémicos en su infraestructura vial y ferroviaria, dice el experto.
“Algunas compañías (…) no van a estar en una posición de poder reactivar sus operaciones y eso al final tendrá un impacto para el país y para los ciudadanos donde opera esa línea aérea”, sostuvo el vicepresidente de la IATA.
Cerda alertó que, aunque el número de vuelos ha mermado, las aerolíneas siguen teniendo gastos por los que tienen que responder e hizo un llamado a los gobiernos a ayudar al sector para que “pueda sobrevivir” en este periodo.
“Si no hay esa ayuda financiera, la industria se va a encontrar en una situación muy delicada en el momento en que los gobiernos den el visto bueno” de volver a volar, alegó Cerda.
De lo que sí está seguro Cerda es de que, cuando se reactive la industria, “va a ser totalmente distinta” a como era antes. “Las compañías van a ser más pequeñas, van a tener más limitaciones y (…) el ofrecimiento que se va a dar al pasajero -tanto de conectividad como de servicio a bordo- va ser totalmente distinto” , afirmó.
La reapertura de las fronteras y la reactivación de las rutas aéreas también traerá importantes cambios para los pasajeros.
“Vamos a exigir al pasajero que se facture para el vuelo en su casa, que se imprima la etiqueta de equipaje en su casa, que también realice algunos chequeos que los ministerios de Salud van a exigir para que esté en condiciones de viajar”, aseveró el experto.
La tecnología biométrica va a ser clave para esta transición, en especial para minimizar el contacto entre trabajadores y viajeros.
“Tenemos que utilizarlo más eficiente de lo que estábamos utilizando antes, para que el contacto entre pasajero y empleado y el contacto entre pasajero y pasajero sea el mínimo”, aseguró.