La Organización Mundial de la Salud (OMS), criticada por países como EEUU debido a su presunto apoyo a China en la actual crisis sanitaria, inauguró este lunes una de sus asambleas anuales más complicadas, consagrada casi íntegramente a reforzar la coordinación global contra la pandemia de COVID-19.
La asamblea durará sólo dos días y se celebrará de forma virtual debido a las limitaciones que la propia pandemia ha impuesto a los viajes y los eventos de masas, por lo que representantes de los 194 Estados miembros, entre los que se esperan varios líderes estatales, intervendrán por videoconferencia.
La reunión anual llega en un momento en el que la OMS atrae una atención mundial casi inédita en sus 72 años de historia, por su papel coordinador y asesor en una pandemia que afecta a 4,5 millones de personas en el mundo y ha causado más de 300.000 muertos, algo que también la ha convertido en blanco de numerosas críticas.