La iglesia católica venezolana negó este martes que obispos hayan incurrido en presuntos “delitos de odio”, luego que el presidente Nicolás Maduro pidiera a miembros de los poderes públicos investigarlos, en aplicación de una ley que establece penas de hasta 20 años.
“Hay mucha gente yéndose del país (…) hurgando entre basureros para comer, si (hablar de) eso es invitar al odio entonces habrá que cambiar la gramática”, dijo este martes a Unión Radio monseñor Mario Moronta, directivo de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).
Sin nombrarlos, Maduro aludió el lunes al arzobispo de Barquisimeto (estado Lara), Antonio López y al obispo de San Felipe (estado Yaracuy), Víctor Hugo Basabe, quienes se refirieron a la severa crisis del país en las homilías de la virgen Divina Pastora el domingo.
“Me duele ver a muchos venezolanos buscando comida en los basureros”, expresó López, mientras que Basabe sostuvo que “si alguien tiene que irse de Venezuela es el responsable de este desastre”.
Luego del pedido presidencial, Basabe compartió un mensaje vía WhatsApp, al que tuvo acceso AFP, en el que aseguró estar consciente que sus “palabras molestarían a (…) los responsables de la tragedia que vive este pueblo que amo hasta los tuétanos”.
El presidente hizo la solicitud a los representantes de la Fiscalía General, Contraloría, Defensoría del Pueblo y Tribunal Supremo de Justicia, ligados al gobierno de Maduro.