El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó que el huracán Iota ganaba fuerza con rapidez a su paso por el oeste del Caribe, y se esperaba que se convirtiera en una muy peligrosa tormenta de categoría 4 el lunes por la noche al llegar a la misma zona de Centroamérica golpeada hace una semana por el huracán Eta.
La madrugada del lunes, Iota era un huracán categoría 3 con vientos máximos sostenidos de 205 kilómetros (125 millas) por hora. Su centro estaba unos 310 kilómetros (190 millas) al este-sureste de Cabo Gracias a Dios, en la frontera entre Nicaragua y Honduras, y avanzaba hacia el oeste a 17 km/h (10 mph).
Para reducir el impacto, estaban siendo evacuadas poblaciones residentes en zonas bajas próximas a la frontera entre Nicaragua y Honduras, por donde según los pronósticos podría tocar tierra el meteoro.
En Honduras, las evacuaciones obligatorias comenzaron antes del fin de semana. Hasta el domingo habían sido evacuadas 63.500 personas en 379 refugios sólo en la zona norteña, aunque todo el país estaba en alerta. Las autoridades de Nicaragua informaron que para última hora de la tarde del domingo, unas 1.500 personas, casi la mitad de ellas niños, habían sido evacuadas de zonas de baja altitud en el nordeste del país, incluidos todos los habitantes de Cayo Misquitos. No obstante, explicaron que en la zona había 83.000 personas en peligro.
Al momento de las evacuaciones en la costa nicaragüense ya se reportaban vientos y lluvias. Iota se convirtió en huracán el domingo de madrugada y ganó fuerza con rapidez. Se esperaba que pasara sobre o cerca de la isla colombiana de Providencia durante la noche.
Desde el viernes los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos habían advertido que Iota «pronto se convertirá en un huracán importante y peligroso» antes de impactar a Centroamérica.
Los meteorólogos dijeron que «se espera que Iota traiga vientos potencialmente catastróficos, marejadas ciclónicas potencialmente mortales y lluvias extremas en Centroamérica».
Iota ya es un sistema récord por ser la 30ma tormenta con nombre de esta extraordinaria temporada de huracanes del Atlántico. La rápida sucesión de meteoros ha atraído la atención al cambio climático, que según los científicos está causando tormentas más húmedas, fuertes y destructivas.