Por: Bettina Russian
La ciudad más poblada de Vietnam está llena de historia. Su rol en la guerra, su cultura y comida la han convertido en un destino turístico muy popular hoy en día
Una de las metrópolis más importantes del sureste asiático, Ho Chi Minh (llamada anteriormente Saigón), se ha convertido en un destino turístico muy popular en los últimos años. Su famosa comida, su historia y su cultura son parte de este “boom”.
El cambio de nombre fue una consecuencia directa de la guerra. En 1975, después de la captura de la capital de Vietnam del Sur por parte del Frente Nacional de Liberación de Vietnam (Vietnam del Norte), la ciudad se vio obligada a adoptar el nombre del líder comunista Ho Chi Minh.
45 años después de la guerra (aun cuando muchas consecuencias siguen latentes entre la población del sur), la antigua Saigón se ha convertido en el centro comercial y financiero del país. Por ende, iniciamos nuestro viaje con un recorrido de tres días por la ciudad más poblada de Vietnam.
La ciudad de las motos
Aunque sabíamos que esta ciudad era famosa por su cantidad de motos, nunca nos imaginamos la magnitud del caos que se vive en sus calles. Fue realmente impresionante ver, en hora pico, los motorizados haciendo de las suyas. Y aunque ninguno respeta los pasos peatonales e incluso el sentido de las calles, todos usan cascos y manejan a menos de 30 km/h.
Se estima que hay más de 6 millones de motos, frente a 500 mil carros, en la ciudad. Por ende, si visitas Ho Chi Minh, el tráfico de sus calles será lo primero que llamará tu atención. Y las aceras son utilizadas para todo menos para caminar. Verás infinidad de estacionamientos de motos y gente cocinando, comiendo e incluso lavando platos en las aceras de la ciudad.
Como caminar no es una opción popular por razones obvias, optamos por utilizar taxis o el servicio de transporte Grab, similar a Uber. Sin embargo, tengo que confesar que a los dos días ya nos habíamos hecho expertos en cruzar las calles entre motos y carros, con los niños de la mano.
Primer recorrido
El primer día visitamos la Catedral de Notre Dame de Saigón, construida por los franceses en la década de 1880. Aunque estaba cerrada por trabajos de restauración, logramos verla desde lejos y tomar algunas fotos desde su plaza. A un costado se encuentra la Oficina Central de Correos de la ciudad, que también merece una visita. Completado en 1891, el edificio cuenta con una sala principal abovedada y acabados de época.
Desde allí caminamos por la calle Dong Khoi, famosa por sus tiendas de marca de lujo y algunos de sus edificios con arquitectura clásica francesa. La calle también cuenta con muchos restaurantes y bares en azoteas con vistas a la ciudad. Y por supuesto innumerables cafeterías.
El café en Vietnam es parte importante de la vida diaria, así que en cada cuadra verás varios lugares para tomar café caliente o frio -el preferido por los locales-. Yo decidí probar el café con huevo, que se prepara tradicionalmente con yemas de huevo, azúcar, leche condensada y café fuerte. Supuestamente esta bebida nació durante la postguerra porque la leche fresca era escasa y se usó la yema de huevo batido como reemplazo.
El Museo de la Guerra, el gran protagonista
Una visita obligada en la ciudad es el Museo de los Vestigios la Guerra, que muestra el resultado de la ocupación estadounidense y de ese periodo de la historia del país. Los niños no pudieron entrar a algunas de las exhibiciones porque las imágenes eran muy fuertes.
En la Guerra de Vietnam, tres millones de vietnamitas murieron –dos millones eran civiles- y se estima que otros dos millones resultaron heridos. La guerra también dejó 800 mil toneladas de bombas y 6.1 millones de hectáreas contaminadas con bombas y explosivos.
La sala donde se muestran los efectos del Agente Naranja –conocido como Agent Orange en inglés- resultó la más impactante. Este herbicida utilizado por militares estadounidenses como parte de su programa de guerra química, produjo malformaciones en más de 500 mil niños, discapacidades y otros problemas de salud.
El objetivo del programa era privar a la guerrilla de lugares donde protegerse y de comida para subsistir. Pero, en el camino, muchísimos campesinos resultaron afectados. Definitivamente uno de los capítulos más oscuros y controversiales de la historia militar estadounidense.
Otras visitas interesantes
Cerca del Museo de los Vestigios de la Guerra se encuentra el Palacio de la Reunificación, un edificio histórico diseñado por el arquitecto Ngô Viết Thụ. Fue el hogar y lugar de trabajo del presidente de Vietnam del Sur durante la Guerra de Vietnam. Aquí se produjo oficialmente la entrega de poder durante la Caída de Saigón en 1975.
Vale la pena visitar sus hermosos jardines y recorrer los pasillos y salas de la edificación, que aun cuenta con muebles originales. En sus jardines hay un parque infantil –ideal para hacer una pausa con los niños- y dos restaurantes.
Otra visita interesante es el Saigon Skydeck, un mirador ubicado en el piso 49 de la Torre Financiera Bitexco. Desde las alturas, y a través de vidrios panorámicos, podrás ver gran parte de la ciudad. El lugar cuenta con un restaurante en el piso de arriba, excelente para tomarse algo y descansar, con una gran vista de fondo.
En Ho Chi Minh también hay que visitar el mercado Ben Thanh, muy conocido por su venta de artesanías, souvenirs, ropa y comida local. Y, si es posible, algún centro comercial en el centro de la ciudad. Nosotros fuimos al Saigon Centre, con gran variedad de tiendas de marcas internacionales y restaurantes.
Visita a los Túneles de Cuchi
Los Túneles de Cuchi son otra visita muy popular cerca de Ho Chi Mihn. Hicimos un tour de medio día y creo que resultó ideal para conocer realmente la historia del lugar. Se trata de una gigantesca red de túneles de conexión que los militares y guerrilleros del Frente Nacional de Liberación de Vietnam utilizaron como escondites durante el combate, también como vías de comunicación y viviendas.
Durante el recorrido, puedes caminar por algunos de los túneles que fueron reconstruidos. Eso sí, son increíblemente estrechos, para nosotros fue muy difícil caminar solo 20 metros dentro de ellos. También puedes ver réplicas de las ingeniosas armas empleadas por los vietnamitas y de las salas que utilizaban a pocos metros debajo de la superficie, para comer y dormir.
Imaginarse cómo los vietnamitas lograron tener una vida dentro de los túneles resulta difícil. Pero realmente eran ciudades subterráneas, donde incluso se “celebraron” bodas, se hacían reuniones y nacieron bebes. Una vida muy penosa, donde abundaban las enfermedades como la malaria, había roedores y serpientes, y hacía un calor sofocante.
Después de mucho batallar, los norteamericanos acabaron con estos túneles gracias a bombardeos masivos de acción retardada. Sin embargo, la medida no fue suficiente para ganarle la guerra al Vietcong.
Ahora estos túneles son una de las visitas turísticas más populares cerca de Ho Chi Mihn y sin lugar a dudas fue uno de los sitios más interesante que conocimos durante nuestro viaje. Pero Vietnam es muchísimo más que historias de guerra. En próximos artículos, les hablaré de Hoi An, Da Nang, Hanói, Halong Bay, entre otros destinos.