El equipo del opositor de Venezuela Juan Guaidó, anclado en el año 2019, insiste en que su líder es el «presidente interino» del país, aferrándose al supuesto reconocimiento de unas 50 naciones, cuando esa realidad ha cambiado desde entonces y, de manera explícita o tácita, la mayoría ha pedido cambios ante una idea que no dio resultados.

El 23 de enero de 2019, Guaidó se proclamó «presidente interino» en una plaza de Caracas ante miles de simpatizantes, basándose en una particular interpretación de la Constitución, y consiguiendo el apoyo de países como Canadá, Colombia, Estados Unidos y algunas naciones europeas.

Con su proclamación, marcó la ruta del «cese de la usurpación, Gobierno de transición y elecciones libres», que con el tiempo se fue desdibujando por no lograr el objetivo, hasta que, en la actualidad, ese discurso, convertido en utopía, dejó de tener validez; así, el apoyo internacional ha ido cambiado y voces internas piden reformas o la eliminación del interinato.

Sin embargo, en el último mes, el equipo de Guaidó se ha dedicado a exaltar el apoyo al opositor, al publicar notas sobre el respaldo del Gobierno de Estados Unidos o del senador francés Oliver Cadic y el presidente del Partido Popular (PP) español, Pablo Casado, ambos opositores en sus respectivas naciones.

Además, se cuentan al menos 13 comunicados de ratificación de respaldo a Guaidó de miembros de su propio equipo y de exdiputados de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) que lo siguen acompañando y que insisten en la «legitimidad» del «Gobierno interino» y defienden la idea de que continúe «hasta lograr las elecciones presidenciales libres y justas».

EL APOYO SE AGOTA

Recientemente, el opositor Julio Borges, quien además renunció a ser el comisionado de Exteriores de Guaidó, pidió una reforma del «Estatuto de Transición» para eliminar la figura del «Gobierno interino» que Guaidó «ejerce», al no cumplir con el objetivo prometido de sacar a Maduro de la Presidencia y, además, «burocratizarse» con el manejo de los activos en el exterior.

«El Gobierno interino tiene sentido como instrumento para salir de la dictadura, pero en este momento, a nuestro modo de ver, se ha deformado y en lugar de ser un instrumento para luchar contra la dictadura, se ha convertido en una especie de medio en sí mismo (…) se ha burocratizado lo que tiene que ver con ese espacio que no está cumpliendo su manera de ser», explicó el 5 de diciembre.

Además, aseguró que el bloque antichavista ha perdido legitimidad tanto en el exterior como internamente, porque ha habido «contradicciones, demasiados errores, escándalos y eso ha hecho que el mundo haya puesto el caso venezolano a la espera, pensando que en este momento no hay la fuerza que se ha logrado antes».

Y el manejo de activos venezolanos en el exterior por parte de Guaidó y los partidos opositores desde 2019, a su juicio, ha desvirtuado el papel del antichavismo y, además, se han sumado presuntos escándalos de corrupción.

«Los manejos de los activos en el exterior nos han desenfocado de nuestra única tarea de sacar al dictador de Venezuela porque nos ha convertido, a los partidos políticos, en unos manejadores de unos activos y, además de eso, también están sometidos a escándalos de corrupción que no han tenido respuesta», señaló Borges en un comunicado.

Previamente, el 5 de octubre, la ONG Transparencia Venezuela pidió a Guaidó y su equipo rendir cuentas de «calidad» con informes, revisar los procesos internos y aplicar controles sobre las empresas en el exterior que manejan.

Igualmente, el apoyo a Guaidó en el extranjero ha ido variando, especialmente en los países donde ha habido cambio de Gobierno tras las elecciones.

Tal es el caso de Argentina, Bolivia y Perú, que lo respaldaron hasta que hubo cambios de Gobierno en esas naciones y que incluso llevó a que se retiraran del Grupo de Lima, que se conformó en 2017 para ayudar a la oposición a buscar una salida a la crisis política de Venezuela. Y también hubo algún caso a la inversa, como el de El Salvador.

A principios de este año, República Dominicana anunció que no reconocería más a Guaidó como presidente interino por haber finalizado su mandato como diputado del Parlamento.

También los Veintisiete se desmarcaron, según palabras del alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, el pasado enero, cuando dijo que el bloque únicamente reconoce a Guaidó como líder opositor.

«Consideramos a Juan Guaidó como líder de la oposición venezolana porque así lo ha querido la oposición venezolana (…) pero no podemos reconocerle como otra cosa que dificultaría el planteamiento jurídico que los Estados miembros han considerado», afirmó.

Y aunque Colombia sí lo reconoce como mandatario, el Senado del país andino envió una misiva al presidente del Parlamento venezolano, Jorge Rodríguez, informando la aprobación de una propuesta para crear una comisión bilateral para empezar a trabajar en la normalización de relaciones diplomáticas entre ambas naciones.