La crisis política en Venezuela se manifiesta nuevamente en el futuro de eventuales diálogos para poner fin a los graves problemas que enfrentan los venezolanos, en momentos en que las partes que se debaten por el poder están en posturas diametralmente opuestas respecto a una salida negociada.
El presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, ha dicho que «nunca» es el momento para sentarse a hablar con «la dictadura» de Nicolás Maduro, después de denunciarlo por la muerte del capitán de corbeta Rafael Acosta cuando se encontraba bajo su custodia.
«Nunca va a ser el momento para mediar (…) con unos secuestradores, violadores de derechos humanos y una dictadura. Aquí nadie se chupa el dedo, sabemos que es una dictadura asesina a la cual nos enfrentamos», dijo Guaidó el martes.
«No ha habido pronunciamiento oficial de que vamos a asistir a una nueva ronda», afirmó en alusión a reportes sugiriendo acerca de eventuales diálogos entre representantes de su equipo y funcionarios de Maduro.
Dirigiéndose a los reporteros dijo: «Cuando se aproxime una solución a la crisis, a la tragedia de los venezolanos, sea cual sea el espacio (…) la mediación del reino de Noruega, la facilitación del Grupo Internacional de Contacto, la presión diplomática por parte del Grupo de Lima, ustedes serán los primeros en saber».
La oposición que busca la salida de Maduro ha insistido a Guaidó para que cancele toda iniciativa de acercamiento, alegando que no hace más que regalarle tiempo y demorar la solución de los males que padece Venezuela.
Fuentes de la periodista de la Voz de América, Celia Mendoza, que son cercanas a los organizadores de diálogos anteriores, dijeron que «no hay ninguna reunión esta semana».
Maduro sí quiere diálogo
Maduro y funcionarios de su gobierno en disputa aseguran que el diálogo sigue en pie con Guaidó.
El líder de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, habló esta semana incluso acerca de otras iniciativas que incluyen más conversaciones se estarían adelantando, por ejemplo, en Barbados.
El martes, Maduro dijo que las conversaciones con la oposición están bien encaminadas. Días atrás aseguró que el diálogo «sí va».
«Puedo decir que eso va bien, puedo decir, que ese proceso va bien», dijo Maduro en un acto de gobierno reciente.
«Va a haber buenas noticias en las semanas que están por venir sobre lo bien que van los procesos de contactos, negociaciones y preacuerdos», agregó. Explicó que su gobierno está comprometido con el diálogo en Noruega.
La crisis en todos los órdenes que vive Venezuela, se agravó con el fallecimiento del capitán Rafael Acosta, mientras estaba preso por presuntos hechos de conspiración contra Maduro y sus allegados.
Representantes de Guaidó y Maduro han ido dos veces a la mesa en Noruega, país que sirvió también de garante a los diálogos de paz de Colombia que se celebraron en La Habana y que terminaron en un acuerdo para poner fin al conflicto armado que enlutó por décadas a los colombianos.
Países como Estados Unidos y Perú no han descartado la iniciativa del diálogo, pero han pedido estar alertas para que no ocurra como en otras ocasiones, en las que no se han producido resultados.
Maduro asumió un segundo mandato en enero pasado, pese a que las elecciones de mayo de 2018 fueron catalogadas de ilegítimas y fraudulentas dentro y fuera de Venezuela.
A Maduro lo respaldan países aliados como Rusia, Cuba y Turquía. Más de 50 naciones, entre ellas Estados Unidos, apoyan a Guaidó y presionan por un cambio político, pasando por elecciones libres en la nación sudamericana para poner fin a la crisis política y humanitaria que ha hecho que unos 4 millones de venezolanos salieran del país para sobrevivir.