Por: Manuel Chirinos Lagardera (*)
El principio de progresión o progresividad es fundamental en el entrenamiento físico, significa ir de menos a más para evitar cualquier lesión o molestia, lo que permite al cuerpo adaptarse en una nueva rutina.
Generalmente el empezar un plan de entrenamiento el cuerpo siente dolores, cansancio y malestar lo que es común en los primeros días, y si la intensidad está por encima de la capacidad del participante en ese momento, este pudiera decidir por retirarse prematuramente del plan.
Y definitivamente esto no es lo que queremos, sino todo lo contrario, adecuar un entrenamiento que sea alcanzable para el participante según sus condiciones, y que este pueda ir mejorando a medida que va adaptándose a este nuevo estilo de vida.
Lo anteriormente expuesto describe lo que se debe hacer al arrancar con una persona en condiciones normales, pero ¿cómo sería retomar a la actividad física si es un participante post Covid-19?
Ante todo debe tener “luz verde” por parte de su médico tratante y como ya sabemos, esta enfermedad no solo afecta al sistema respiratorio, sino que también impacta negativamente en otras áreas como la cardiovascular, metabólica, etc.
La Dra. Erianna Granadillo, Internista, especialista en Covid-19, nos explica, “la vuelta al entrenamiento se maneja de acuerdo a la gravedad del paciente. Si fue una persona que tuvo el coronavirus leve, luego de 2 semanas de su recuperación ya puede reintegrarse a la actividad física, pero de una manera gradual”.
Si por el contrario el paciente curso con la enfermedad moderada o severa, se recomienda que posterior a su recuperación sea sometido a una evaluación por cardiología en un periodo de 4 a 6 semanas, ya que esta enfermedad puede causar afecciones cardiacas tipo miocarditis, que pueden producir arritmias cardiacas en reposo o en el ejercicio.
Ningún paciente que haya desarrollado la enfermedad en estos términos (Moderado o Severo), continúa la doctora, debe reincorporarse a la actividad física sin la respectiva evaluación cardiovascular. Aunque la norma es que todos los pacientes que hayan tenido la enfermedad por muy leve que haya sido, deben pasar por una evaluación cardiovascular antes de empezar con sus entrenamientos.
La especialista concluye que una vez que se vuelve a la actividad física, esta debe ser gradual, con ejercicios aeróbicos tipo caminatas cortas de 10 a 15 minutos, subir y bajar algunos escalones, también realizar ejercicios funcionales, con sus respectivas pausas.
Sin embargo como dijimos antes son varios los sistemas u órganos que pudiesen verse comprometidos, por lo cual la primera y más importante recomendación es referir cualquier anormalidad que se pueda presentar durante el ejercicio como por ejemplo, cansancio extremo, dificultad para respirar, dolor en el pecho, exacerbación de la tos o cualquier otro signo de alarma que se presente, detener la actividad y acudir inmediatamente a su médico tratante.
(*) Entrenador Personal Certificado y creador del App Salud en Casa, SC.
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