Por: Fabiola Zavarce
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Organizando la visita de Julio Borges a Panamá, parte del equipo y mi persona, coincidimos en que recibimos muchos comentarios que eran el reflejo de exactamente lo que le pedimos a nuestros líderes políticos que no hagan. Porque al final todos y cada uno de nosotros somos líderes y tenemos que escucharnos.
Esto quedó dando vueltas en mi cabeza, luego en mi preparación como catequista de confirmación, mi hermana panameña Mare hizo alusión a unas palabras de San Francisco de Asís: “Predica el Evangelio en todo momento y, si es necesario, usa las palabras”. Ser testimonio, ejemplo, hacer más y hablar menos… no pude dejar de asociarlo entre otras cosas con la tragedia que vivimos en Venezuela, en donde las redes sociales considerada la nueva inquisición, las palabras ofensivas son las que abundan y se les dan más volumen, mientras que las acciones o resultados en perspectivas no son tomados en cuenta por muchos.
Buscando profundizar en esta idea que retumba como un gran reto personal, me consigo con estas grandiosas palabras: “Entre la ira y fe”, así termina el espectacular y valiente artículo sobre Leopoldo López publicado en el New York Times (https://www.nytimes.com/es/2018/03/01/leopoldo-lopez-venezuela-oposicion). ”Mucha gente de la oposición tiene resentimientos, y lo entiendo” dijo Leopoldo López al reportero de New York Times, “pero creo que nuestra responsabilidad es ir mas allá del resentimiento personal. Cuatro años de prisión me han dado la posibilidad de ver las cosas de otra manera, de poner la rabia en perspectiva”.
No dejar camino al odio, es fácil de decir, pero súper difícil de poner en práctica; luego el periodista del New York Times continua con esta reflexión después de las palabras de Leopoldo: “…se dio cuenta que la acumulación de su ira amenazaba con distorsionar toda su forma de pensar, entonces empezó a separar la indignación de la furia”, sin duda esto me ayudó a entender mejor la situación en la que estamos emocionalmente los venezolanos y más los que vivimos en el exterior.
Qué gran esfuerzo tenemos que llegar a hacer para alcanzar este punto de entendimiento, con el que hoy cuenta Leopoldo, pero ante los monstruos de la dictadura ésta posición es más imperante. López aseguró para el diario: “En el pasado, me confrontaba con las visiones diferentes, ahora entiendo que todas son necesarias para salir de este desastre”. Definitivamente en ese juego del odio y del resentimiento solo ganan los dictadores, quienes representan el eje del mal, ganan dividiéndonos y acusándonos entre nosotros mismos, condenándonos y buscando culpables.
Estas palabras de López, donde alega que todas las visiones son necesarias para salir de este desastre, se unen a lo que explicaba el diputado Julio Borges en su reciente visita a Panamá y que ratifica la entrevista publicada por el Clarín de Argentina https://www.clarin.com/mundo/venezuela-convertido-problema-toda-region_0_SJ83m8POz.html donde responde a la pregunta sobre la conformación de un Frente Ampliado Nacional (FAN) e Internacional (FAI) por parte de la oposición venezolana: “…por ejemplo la lucha que se dio en Polonia. El propio testimonio de Lech Walesa, político polaco, ex sindicalista y defensor de los Derechos Humanos, quien dijo que ellos estuvieron casi una década luchando y sólo cuando lograron crear un gran frente que incluyó a los trabajadores, a la Iglesia, a la sociedad civil y a los intelectuales, es que pudieron avanzar… pues, ya se está desarrollando en este momento un gran Frente Ampliado, algo que no es otra cosa que lo que está en la Constitución y la Ley: un mecanismo para lograr elecciones limpias, equilibradas y transparentes”.
El gran frente Amplio Nacional e Internacional debe tomar en cuenta todas las visiones, imprescindibles para luchar contra la dictadura, donde impere el escucharnos, tener cabeza fría, ser más estratégicos e inteligentes emocionalmente, donde sabemos cómo demócratas que somos diferentes, pero es momento de ahondar en lo que nos une y trabajar juntos de todos los sectores para alcanzar nuestros objetivos y siempre con el debido respeto.
En la reseña Borges también asegura: “Lo que hay que entender, en el caso venezolano, es que se ha destruido la democracia, no hay una salida política clara. Y por eso la gente siente que la política, los partidos políticos son instrumentos que en este momento no funcionan, porque no hay democracia. Mi partido fue ilegalizado, el de Leopoldo López también, la mayoría de los líderes están enjuiciados o inhabilitados. Por eso la gente siente que en este momento la política no es la que puede dar una respuesta clara a los problemas del país”.
Borges continúa respondiendo: “A Maduro lo sostiene fundamentalmente la dependencia de la pobreza, la cúpula militar, que está sumamente corrompida, y la tercera pata del trípode es el know how de la dictadura cubana que ha tomado todas las instituciones en Venezuela”.
¡Qué grandes nuestros líderes Leopoldo López, Julio Borges!, por nombrar los que cité en este artículo, pero lo llenaría de miles y miles de héroes que están dejando el pellejo en Venezuela, todos con mucha o poca razón están dejando lo mejor de sus vidas en las calles de todo el país, son actos grandes y heroicos.
A diario vemos muestras de dicho ímpetu en nuestros hermanos venezolanos en el mundo, algunos ejemplos reciente como los residentes en Lima, quienes esperaron con comida a los coterráneos que llegaban a la terminal de buses, venezolanos que a diario emigran bajo condiciones duras. Venezolanos en Panamá sirviendo comida a los afectados en un incendio en Casco Antiguo que dejó 30 familias panameñas sin hogar. Fundaciones en todo el mundo creadas y lideradas por venezolanos para solidarizarse con los problemas que atraviesa el país, estemos donde estemos, casos como la Mesa de la Misericordia en Maracaibo Venezuela, y sin querer ofender seguro se me escapan miles de casos más, por lo que pido ayuda para colocar estas iniciativas y héroes anónimos en este reportaje para que consigamos inspiración en lo bueno y desechemos a los que solo ofenden y buscan dividirnos, quienes alimentan el odio y en nuestra desesperación y frustración pisamos esa concha de mango y caemos en su juego.
Necesitamos un frente donde entremos todos, donde podamos denunciar y ayudar sin cansancio a la crisis humanitaria de Venezuela, a la diáspora venezolana hoy diseminada por todo el mundo, para que la indiferencia sea derrocada por las acciones diarias de cada uno de nosotros, convirtiendo cada día en un domingo 16 de julio de 2017, donde el único requisito era ser venezolano, plataforma donde todas las iniciativas se impulsen y formen parte de la solución.
Un frente unido donde todos entremos, menos el odio y donde demostremos debates de altura, que se combate la idea con argumentos, sin ofender, acusar o juzgar y dentro del respeto y tolerancia. Rescatar el espíritu del 16 julio 2017 que fue muestra de esta unión sin precedente por encima de todo, que movió a Venezuela, a los venezolanos en el exterior y capto la atención de mundo, tan importante en estos momentos para la presión internacional.
Esta grandeza de cada uno de nuestros líderes y héroes en el mundo, junto con la fuerza incansable de nuestros jóvenes, me deja claro que esta lucha es hasta conseguir la libertad de Venezuela y hasta que el ultimo niño en nuestro país no coma basura o muera en su pupitre por falta de alimentos, donde se le garantice sus derechos a la salud, a la educación, a la alimentación y esparcimiento.
Esa es la respuesta del hasta cuándo, ya el cómo está en manos de cada uno de nosotros, no de un líder, no de un mesías, menos de un cacique, cada uno de nosotros tenemos que preguntarnos: ¿Qué estamos haciendo hoy, ahora, cada día, en pro de cambiar esta situación?.
Entre todos está la solución, Venezuela nos necesita y requiere que cada uno tome su vidrio roto y empiece a pegar el gran mosaico del país, actualmente destruido por la maldad. Por último, estoy segura que los buenos somos más y que la fe triunfará sobre la ira, ¡actívate, estemos donde estemos!