La intervención del régimen de Venezuela ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, celebrado en Ginebra este 1 de noviembre, da cuenta, según las ponentes, de la profunda transformación que ha ocurrido en el país durante estos 17 años de revolución chavista.
Amigo lector, les a transcribo parte de los discursos pronunciados por algunas de las representantes de Maduro en dicho evento, para que saque usted sus propias conclusiones sobre cuánta verdad o falsedad hay en lo expuesto sobre “los avances que en materia de Derechos Humanos” hemos alcanzado los venezolanos gracias al Socialismo del Siglo XXI imperante por 18 años.
Delcy Rodríguez, ministra de Relaciones Exteriores expresó que los “logros y avances en materia de Derechos Humanos son innegables a pesar de la guerra económica, no convencional, de este intento de desestabilización en Venezuela…” Enfatizó, además, que el modelo revolucionario “ha sido sujeto de premios en reconocimiento por la erradicación del hambre, erradicación de la pobreza, … Venezuela es vanguardia en materia de derechos humanos, en su modelo constitucional …” y agregó que las bondades de la revolución son de tal magnitud que “Venezuela es el segundo país en América Latina en materia de matrícula universitaria y la quinta en el mundo…”. Informó durante el Examen Periódico Universal (EPU) que en julio de este año se había adoptado el “Plan Nacional de Derechos Humanos”.
Sandra Oblitas, Rectora del organismo electoral, utilizó su turno para afirmar que en Venezuela se había construido «un modelo inclusivo basados en valores de transparencia, confiabilidad y eficiencia”. Agregando que «en Venezuela existe una democracia inclusiva, vibrante y activa en la que se dirimen las diferencias en paz en el marco de la Constitución». ¿Qué tal?
La ministra para la Mujer e Igualdad de Género, Blanca Eekhout, señaló que nuestro país «ha dado pasos agigantados en materia de seguridad y equidad de género» (qué dirá Tamara Adrián sobre esto?), quedando demostrado con eso la política de derechos humanos del gobierno bolivariano e insistió en que “Venezuela es un ejemplo de avance extraordinario en el tema de Derechos Humanos” y que «la revolución bolivariana abrió los caminos para dignificar y enaltecer a mujer…».
Por su parte, la Ministra para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, habló de la profunda transformación del sistema penitenciario, de la tecnología de punta utilizada por el gobierno en esta materia y resaltó que con ello el gobierno garantiza y preserva los derechos humanos de los internos y de los visitantes. “Gracias a la revolución –continuó- se ha reducido exponencialmente la violencia carcelaria”, subrayó.
Se refirió a la “aplicación exitosa del plan de pacificación en la Penitenciaría General de Venezuela e Internado Judicial Los Pinos…” (valdría la pena que viera los videos de esta semana en la penitenciaría donde unos presos obligan a otros a comerse sus propios dedos, manos y orejas) y a la formación de “funcionarios al mas alto nivel, en la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad”.
Explicó que la moderna y novedosa tecnología aplicada por la revolución, permite el “monitoreo en tiempo real de todas las cárceles del país” y “la requisa personal no intrusiva para los visitantes” (que le pregunten a Lilian Tintori y a Antonieta López).
De tomar por cierto lo expuesto por estas venezolanas ante el mundo con “sinceridad y franqueza”, sólo se podría concluir que la revolución chavista-madurista transformó a Venezuela en un país lleno de felicidad y amor bolivariano. El problema es que esa es una realidad virtual, existente solo en las mentes mediocres, inhumanas, fraudulentas, farsantes y llenas de cinismo de estas funcionarias protagonistas y cómplices de la mayor crisis humanitaria que podamos haber conocido y sufrido los venezolanos.
Al ver las presentaciones de las funcionarias solo cabe una pregunta: ¿en cuál país viven estas señoras?