A sus 74 años, con casi 55 de carrera y una enfermedad respiratoria crónica, José Luis Rodríguez, «El Puma», sigue rugiendo y, «más puma que pavo real», presenta nuevo disco, un «homenaje» en el que recorre grandes éxitos junto a voces más jóvenes, aferrado a su fe e inasequible al desaliento.
«Yo me declaro sano en el nombre de Cristo. Poco hablo de esto porque no hay que darle cuerpo a las cosas negativas. Cuando se va muy deprisa por la vida, Dios te detiene de alguna forma, por las buenas o por las malas, y yo doy gracias, porque me ha ayudado a reflexionar sobre lo que es ilusorio y lo que es eterno», declara a Efe el venezolano sobre la fibromatosis pulmonar que padece.
Su colega Ricardo Montaner lo llamó hace año y medio. «Te quiero hacer un homenaje, porque te lo mereces», le dijo a quien está considerado uno de los pilares de la música latina contemporánea.
Modesto, él se felicita y afirma que simplemente colaboró «para que la gente se enamore y piense, porque las canciones son para eso».
De ellas, cita especialmente «Dueño de nada» y «Tengo derecho a ser feliz», «una canción muy hermosa». Pero el repertorio más exitoso de Rodríguez (Caracas, 1943) contempla muchas más, como «Agárrense de las manos», «Voy a perder la cabeza por tu amor», «Pavo real» o «Culpable soy yo», primer sencillo de su nuevo álbum, que canta junto a Chayanne.
Con la producción de Montaner y en compañía de estrellas como Vicente Fernández, Carlos Rivera o Amaia Montero, este viernes se publica «Inmenso» (Sony Music), su primer trabajo en ocho años y el último de una larguísima discografía con decenas de LPs como solista y más de 15 millones de copias vendidas.
«Dios me permitió hacer este disco bastante completo, con artistas todos muy queridos y unos arreglos musicales maravillosos», contesta cuando se le pregunta si vendrán más álbumes después de este (en 2013 anunció que no grabaría más a causa de la piratería).
Una respuesta similar ofrece cuando se le pregunta si volverá a los escenarios, a pesar de su enfermedad: «eso solo lo sabe Dios».
No es ningún secreto que la religión ocupa un lugar central en su vida desde que en 1973 abandonara el catolicismo y se bautizara por el rito protestante.
«Después de los 20, empecé a apartarme, a enredarme, y eso me ayudó a recapacitar otra vez. Recibí a Cristo y hubo un cambio trascendental en mi vida», rememora.
Poco después coprotagonizó la telenovela «Una muchacha llamada Milagros», en la que interpretó a un personaje llamado «El Puma», apelativo que alternó con el de «Pavo Real» cuando esta canción originaria del folclor venezolano alcanzó gran fama.
«Yo prefiero ser puma, porque me identifico con el animal. Mata para comer, no mata por matar, y es cauto y sigiloso», señala.
En 2017 se cumplen 40 años de su desembarco en España con la firma del contrato con la compañía Ariola Records y el lanzamiento de «Una canción de España», el primero de varios discos con base en este país.
Sus vínculos con España fueron múltiples, empezando por su relación con Manuel Alejandro, que le compuso temas como «Por si volvieras», o aquel famoso dueto que grabó con Julio Iglesias, «Torero», cuando se hablaba de competencia entre ambos astros.
«Nunca hubo rivalidad, eso fue un poco de prensa; yo siempre admiré a Julio y siempre hablé bien de él. Fue en Acapulco (México) donde me dijo que íbamos a cantar juntos. Es un tipo muy generoso, un grande», destaca.
Concluye la entrevista con un deseo para «Inmenso»: «Que no pirateen el disco, que si no, no se puede llegar al millón».