La región está movida. Un arduo debate se viene suscitando entre demócratas y los que defienden el llamado Socialismo del siglo XXI. La Organización de Estados Americanos, OEA, se ha convertido en el centro del hervidero. En ese organismo multilateral, los representantes de los gobiernos del continente tratan de buscar una salida a la grave crisis política por la que atraviesa el país sureño.
Por otra parte, Ecuador está literalmente en la calle. El pasado domingo 2 de abril se realizó la segunda vuelta presidencial entre Lenín Moreno y Guillermo Lasso, oficialista y oposición respectivamente. Iba adelante en el conteo el opositor Lasso cuando la plataforma de Internet, inesperadamente, se cayó por más de una hora. Recordemos que el voto en Ecuador es manual, pero el conteo es a través de un escáner (nunca auditado) que digitaliza los votos y que luego los sube a una plataforma que los contabiliza emitiendo un resultado total. Al restaurarse el Internet, el Consejo Nacional Electoral dio su primer boletín atribuyendo la victoria al candidato del presidente Correa. Lo más extraño de todo, dice nuestro entrevistado de hoy Fernando Balda, “es que el 19 de febrero, día de la primera vuelta, tardaron cuatro días en emitir el primer boletín con el 30% de los votos de ocho candidatos y, ahora, dieron los resultados del 92% de los votos de 2 candidatos, en 4 horas. ¡Increíble!”
Al pulsar en Conversaciones la opinión de Fernando Balda, ex asambleísta y Director Nacional del Movimiento Unidad, Cambio y Progreso, partido que apoyó al binomio Lasso-Páez, el joven político ecuatoriano, expresó que en la región caminan actualmente, dos golpes de Estado: en Venezuela, anulando las actuaciones del poder legislativo y, en Ecuador, violando el voto popular.
¿Por qué afirma usted que se fraguó un golpe en su país?
Es un golpe dado desde el ejecutivo con la colaboración del poder electoral. Los ciudadanos hemos manifestado mayoritariamente en las urnas nuestra preferencia por un cambio político en Ecuador, que lo hemos visto reflejado en Guillermo Lasso y Andrés Páez. No estamos en vigilia porque nos da la gana de estar en las calles, lo hacemos porque comprobadamente se ha ejercido un fraude electoral.
¿Comprobadamente, cómo lo prueban?
Ya se ha denunciado la existencia de las actas que favorecen –en votos- a Lasso. El contenido de esas actas ha sido publicado en la página web del CNE pero al revés. Es decir, en la página del organismo los votos de Lenin Moreno se le atribuyen a Lasso y viceversa. Además, Unidad, Cambio y Progreso, viendo la posibilidad real de un fraude, desarrolló un software con el que realizamos un exit poll propio el día de las elecciones. Lo llevamos a cabo con nuestra militancia y nos dio un resultado que mantuvimos en reserva. La encuestadora Cedatos -que es de las más confiables y que en febrero pasado emitió su sondeo que coincidió con el resultado final- realizó el suyo y concordó con el nuestro. Por ello, estamos convencidos de que los ecuatorianos votaron mayoritariamente por Lasso-Páez . Por esto es que ya se ha denunciado el fraude en el contencioso electoral y presentada la impugnación ante el Consejo Electoral de Pichincha. El movimiento que dirijo, por otra parte, ha enviado un oficio al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
¿Qué piden ustedes en el documento?
Solicitamos que reciban a una comisión de delegados de las diferentes toldas que defendemos el triunfo de la oposición para presentarles las pruebas del fraude cometido. Lo hacemos ante la Fuerza Armada porque, lamentablemente en este país desde hace 10 años, todos los poderes están en manos del “correísmo” como en Venezuela están en manos del chavismo. Fíjese usted, el CNE está presidido por Juan Pablo Pozo, compadre y cómplice de Rafael Correa, así como también son correístas todos los vocales del organismo electoral. El Tribunal Contencioso Electoral, autoridad competente para dirimir un acto de fraude, también está conformado sólo por adeptos de Rafael Correa. El Fiscal General es tío de Correa, el Presidente de la Corte Nacional de Justicia es otro compadre de Correa. Los jueces y fiscales son, en su inmensa mayoría, adeptos al régimen. Entonces, al no contar los ciudadanos con autoridades independientes que garanticen que se pueda seguir un proceso judicial transparente en contra de quienes cometieron el fraude, recurrimos a las Fuerzas Armadas que tienen el mandato por constitución de ser garantes de nuestras derechos y libertades.
Pero recientemente el señor Correa cambió al Comandante de la Fuerza Terrestre del ejército, General Luis Castro, por haber denunciado que durante el primer proceso del 19 de febrero, el ejército no pudo visualizar y por lo tanto garantizar la cadena de custodia del voto.
Exactamente, y quedó demostrado que la vigilia que hicimos los ciudadanos por cuatro días en febrero, estuvo más que justificada. Pozo y sus vocales terminaron teniendo más temor y respeto al pueblo en la calle, que a Rafael Correa.
¿Sospechaban ustedes lo que podría ocurrir? Se lo pregunto porque voces de la oposición venezolana alertaron sobre la posibilidad de fraude.
Este es un proceso de muchos factores viciado desde antes. Detectamos, por ejemplo, que en el Padrón Electoral existen 1 millón 600 mil personas fallecidas que votan. Personas nacidas en el siglo antepasado que votaban. Con el correísmo vota hasta Matusalén. El CNE de mi país, es aliado y está asesorado por el venezolano. El organismo electoral de Ecuador es una franquicia creada por Cuba, promovida por Chávez en su momento y ahora por Maduro y aquí con el sustento de Correa. La única ventaja que tenemos los ecuatorianos, es que nuestra Fuerza Armada ha sido menos influenciada por el correísmo que las de Venezuela por el chavismo. Aquí todavía podemos confiar en ellas porque la institución castrense no está secuestrada, en su totalidad.
¿Cuándo es proclamado el vencedor?
Tienen un máximo de 10 días para hacerlo. Pero la oposición se mantendrá en vigilia en la calle y hemos hecho un llamado a todos los organismos internacionales y oficiado a todas las embajadas con sede en Ecuador, para alertarlos sobre el fraude y advertirles no caigan en la defensa del mismo. Es hora de ponerse del lado de la democracia y de la voluntad del pueblo que se expresó en las urnas. Estamos decididos a defender nuestra voluntad con entereza y devoción y hemos dicho que, una vez se recupere la democracia en Ecuador, iremos por el rescate de Venezuela de las manos del castrismo. Ustedes en Venezuela y nosotros en Ecuador nos estamos jugando el futuro para nuestros hijos. Ellos, Correa y Maduro, se están jugando sus dineros, mansiones y libertad porque lo que les espera la cárcel.