Los dos candidatos a la Presidencia de Ecuador, el opositor Guillermo Lasso y el oficialista Lenín Moreno, cerraron este miércoles filas contra la violencia en la campaña electoral, de la que este martes fue víctima el primero, a lo que se sumaron entidades y organismos internacionales, que pidieron unos comicios en paz.
Los dos candidatos, que el domingo buscarán en las urnas la Presidencia del país, intensificaron este miércoles sus actividades en la penúltima jornada de la campaña electoral, que finalizará este jueves para dar paso a dos jornadas de reflexión, antes de las decisivas votaciones del domingo.
Lasso y Moreno desarrollaron en Quito y en la provincia de Manabi, respectivamente, sus agendas de trabajo, marcadas por la agresión sufrida por el candidato opositor, quien asegura que tanto él como sus familiares fueron atacados al salir del estadio Atahualpa, en Quito, tras el partido Ecuador-Colombia.
Al rechazar los actos de violencia, Lasso atribuyó el incidente a «mercenarios extranjeros» y relató que, al salir del complejo deportivo, él, su esposa y sus hijos fueron «agredidos por una pandilla» que utilizó palos y piedras para propinarles «golpes, patadas, puñetes y amenazas con cuchillos».
Consideró que eran extranjeros porque el aspecto de quienes le agredieron «no correspondía a los ecuatorianos. El ecuatoriano es un hombre pacífico, es un hombre tranquilo», dijo el postulante presidencial del movimiento CREO (centro derecha).
Pero también apuntó hacia «determinados líderes de Alianza País» (AP, izquierda), el movimiento oficialista, cuyos responsables rechazaron cualquier implicación de esa fuerza política en los incidentes.
Y fue el candidato oficialista, Lenín Moreno, uno de los que condenó el incidente, al tiempo que llamó a la paz y a la tranquilidad ciudadana, según fuentes de su candidatura.
«Ninguna expresión de intolerancia es aceptable, venga de donde venga. Rechazamos los actos de violencia a la salida del Atahualpa», escribió en Twitter el candidato de AP.
También el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, se pronunció en contra del episodio de violencia.
«Vamos a rechazar la violencia, venga de donde venga y más aún si esta involucrada la familia inocente de un opositor», dijo el mandatario.
Pero a renglón seguido añadió que, antes de la agresión, «cuando estos tipos empiezan a gritar ‘fuera, Correa, fuera'», la gente les respondió: «fuera, Lasso, fuera».
«Y ahí sí son mercenarios extranjeros contratados para agredir», comentó.
El gobernante recordó en tono crítico que, frente a ello, cuando simpatizantes de la oposición lanzaron piedras, escupieron y empujaron al vicepresidente del país, Jorge Glas, en el momento de votar en la primera vuelta de las elecciones, el 19 de febrero, el hecho fue considerado por los opositores como una muestra de libertad de expresión.
Correa insistió en que «son ellos (los opositores) los que recurrentemente han llamado a la violencia» y criticó la «doble moral impresionante» con la que esa tendencia ha presentado los sucesos de este martes en el estadio.
Tanto Lasso como Moreno se han declarado víctimas de una «campaña sucia», amplificada en redes sociales en el proceso con miras al balotaje del domingo 2 de abril.
Tras el suceso, la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) formuló este miércoles un llamamiento para evitar la conflictividad en el fin de la campaña electoral y dijo que rechaza «los actos de violencia y el tono agresivo de la campaña electoral en sus últimas semanas».
El grupo de observadores instó en un comunicado a que «prevalezca el debate de propuestas sobre el intercambio de acusaciones».
«Es importante que el próximo domingo la ciudadanía pueda votar en tranquilidad y que la autoridad electoral pueda llevar a cabo su trabajo sin presiones», indicó la misión.
También el presidente del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) de Ecuador, Patricio Baca, hizo votos por la celebración de unos comicios en paz el domingo.
«Hago un llamado a la ciudadanía a participar en este proceso democrático de manera pacífica», dijo Baca, quien consideró que «no puede ser que el 2 de abril se generen actos de violencia».
Unos 12,8 millones de electores están convocados a las urnas para elegir, entre Moreno y Lasso, al sucesor de Correa, quien dejará el poder en mayo tras gobernar Ecuador durante diez años.