La muerte de una mujer este sábado eleva a dos las víctimas mortales por coronavirus en Italia. Este viernes falleció un hombre de 78 años en un hospital de Padua, en la región de Véneto. La escalada de afectados a lo largo de este viernes obligó al Gobierno a admitir la gravedad de la situación. Según informan medios italianos, los casos positivos por coronavirus son ya 28, en Lombardía 25 y 3 en Véneto.
El número de pacientes y de contagios en el país ha conducido a la cuarentena obligatoria de unas 250 personas y al aislamiento de 10 localidades limítrofes con el foco original de Lombardía, que suman alrededor de 47.500 habitantes. El Ministro de Salud, Roberto Speranza, ha anunciado que pronto se adoptarán en Véneto medidas restrictivas como las decididas para los 10 municipios sometidos a aislamiento.
El Gobierno regional de Lombardía ha obligado a cerrar todos los locales públicos (comercios, escuelas, edificios administrativos) y ha recomendado a los habitantes no salir de sus casas en los próximos días. La alarma médica se ha desatado también al no estar claro el foco del contagio ni el vínculo epidemiológico que permitiría aislar la enfermedad con rapidez. Estos casos se suman a los otros tres ya conocidos, dos turistas chinos y un italiano repatriado de Wuhan, que se encuentran hospitalizados en Roma.
A última hora de la noche del viernes, el gobernador de la región de Véneto, Luca Zaia, ha confirmado a la agencia italiana Ansa el primer muerto por esta enfermedad en Italia. Se trata de Adriano Trevisan, un septuagenario con tres hijos y expropietario de una pequeña empresa que ya había ingresado en el hospital de Schiavonia por otras patologías hacía aproximadamente 10 días. Es el segundo muerto en Europa por el coronavirus tras el fallecimiento la semana pasada en Francia de un turista chino de 80 años que llevaba varias semanas hospitalizado en París. El gobernador ha anunciado medidas prudenciales, entre las que está el cierre del hospital Schiavonia: «Nadie podrá ingresar [en el centro médico]. Los pacientes hospitalizados no serán dados de alta antes de ser sometidos a pruebas».
El primer caso del día detectado fue el de un hombre italiano de 38 años de Castiglione d’Adda, al sur de Milán. El paciente fue hospitalizado el miércoles, pero en un primer momento no se estableció una conexión evidente con China y se descartó que los síntomas pudieran guardar relación con la enfermedad. Cuando su situación empeoró y tuvo que ser trasladado a la unidad de cuidados intensivos, su esposa dio la alerta que activó el protocolo: el hombre se había visto varias veces con un amigo que había regresado de China recientemente. Pero la pista resultó más desconcertante.
Los encuentros entre ambos se produjeron varios días después de su regreso del país asiático. Más de los 14 en los que se establece la duración del proceso de incubación y que podrían haber ocultado los síntomas. Además, las pruebas realizadas al potencial portador del virus dieron negativo. El hombre sigue hospitalizado para someterse a más exámenes, pero nunca tuvo ningún síntoma y si contrajo realmente el virus, su infección podría haber terminado ya, sugirieron las autoridades sanitarias. El peor de los escenarios, y de ahí la alarma desatada en la región, es que se hubiese perdido el vínculo epidemiológico.
La esposa del hombre de 38 años, que está embarazada de ocho meses, fue una de las primeras que dio positivo en el test, al igual que un hombre que había practicado deporte con él y regentaba un bar. Posteriormente, tres personas más lo contrajeron en dicho establecimiento en Codogno, el foco principal del contagio en Lombardía. Todos llegaron entre la noche del jueves y el viernes al hospital de dicha localidad con cuadros de pulmonías importantes, lo que permitió detectar los positivos. “Los pacientes son hombres y mujeres, todos en torno a los 40 años de edad. El único elemento que conocemos es que viven todos en la misma área», señaló en un primer momento el consejero regional de Salud, Giulio Gallera.
La lista de contagios, sin embargo, siguió creciendo con otras ocho personas en Lombardía, entre los que hay cinco médicos y tres pacientes del hospital de Codogno donde se trataron las primeras personas que contrajeron el virus.
El entorno del hombre que primero fue contagiado ha sido aislado. Se trata del empleado de una sucursal italiana de Unilever, mientras que el amigo que hizo el viaje a China es un gerente de MAE, un productor italiano de fibras sintéticas. Entre las personas que deben estar en cuarentena se encuentran los compañeros de trabajo de este hombre de 38 años, sus familiares y los médicos y enfermeras que lo atendieron en el hospital. La sala de emergencias que inicialmente trató al hombre de 38 años también ha sido clausurada.
El Gobierno regional ha decidido cerrar las escuelas, los edificios administrativos y los bares y restaurantes en diez pueblos durante una semana. “Es necesario aislar inmediatamente las zonas donde se desarrolló el virus para contenerlo”, explicó el responsable de Protección Civil de Lombardía, Pietro Foroni. “No debemos sembrar el pánico, pero tenemos que hacer entender a la gente que las medidas que se han tomado son esenciales para el bien de la comunidad”, lanzó el Presidente de Lombardía, Attilio Fontana.
El Ministro de Salud, Roberto Speranza, y el jefe de la Agencia Nacional de Protección Civil, Angelo Borrelli, acudieron por la tarde a Lombardía para mantener una reunión de crisis con las autoridades locales. Ninguno ocultó la gravedad de los hechos y dieron por activado el plan de emergencia para contener la expansión del virus.