El Gobierno de Venezuela anunció este miércoles que dejará la Organización de Estados Americanos (OEA) por haberse convocado una reunión de cancilleres sobre la crisis política del país pese a su oposición frontal a esa sesión.
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, fue la encargada de hacer el anuncio desde Caracas poco después de que concluyera en la sede de la OEA en Washington una sesión en la que se aprobó convocar una reunión de cancilleres para abordar la crisis venezolana con 19 países a favor, 10 en contra, 4 abstenciones y una ausencia.
Este jueves «tal como ha indicado el presidente, Nicolás Maduro, presentaremos la carta de denuncia a la Organización de Estados Americanos e iniciaremos un procedimiento que tarda 24 meses», dijo Rodríguez este jueves desde el Palacio presidencial de Miraflores en una declaración transmitida por el canal estatal VTV.
El proceso para pedir la salida de la OEA, algo que ningún Estado ha hecho hasta ahora, comienza con que el Gobierno del país en cuestión presente una comunicación escrita a la Secretaría General en la que se anuncie la decisión de denunciar la Carta de la OEA, su documento fundacional de 1948.
«Transcurridos dos años a partir de la fecha en que la Secretaría General reciba una notificación de denuncia, la presente Carta cesará en sus efectos respecto del Estado denunciante, y este quedará desligado de la Organización después de haber cumplido con las obligaciones emanadas de la presente Carta», indica el artículo 143 de la Carta de la OEA.
Así, hasta que transcurran esos dos años, el país en cuestión es «miembro pleno con todos sus derechos y obligaciones», explicó este miércoles a Efe el secretario de Asuntos Jurídicos de la OEA, Jean Michel Arrighi.
Entre esas obligaciones está pagar la deuda pendiente de su cuota como miembro de la OEA, que hasta diciembre de 2016 ascendió a 8.764.449 millones, mientras que este año aún no ha pagado los 1.829.700 millones que le corresponden en función de criterios socio-económicos.
Pero esas obligaciones no son solo económicas, ya que la Carta de la OEA estipula que los Estados miembros deben respetar la democracia representativa, los derechos humanos, la separación de poderes y la libertad de expresión, precisamente los elementos que el secretario general de la organización, Luis Almagro, y un grupo de entre 14 y 20 países (en función de qué cuestión se trata) piden al Gobierno venezolano que respete.
Sin embargo, la canciller venezolana aseguró que su Gobierno no participará en lo sucesivo «de ninguna actividad, de ningún evento donde se pretenda posicionar el intervencionismo y el injerencismo de este grupo de países que solo buscan perturbar la estabilidad y la paz» en su país.
Se refería a los 19 Estados que este miércoles votaron en la OEA convocar una reunión de cancilleres sobre su crisis: Guyana, Bahamas, Santa Lucía, Argentina, Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Honduras, Guatemala, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
Rodríguez advirtió que las «pretensiones de aislar a Venezuela tienen cantado el fracaso en el futuro más inmediato» y denunció que está en ejecución un «guión preestablecido» como ocurrió con Cuba en 1962, cuando se suspendió a ese país de la OEA tras el triunfo de la Revolución encabezada por Fidel Castro en 1959 y en el contexto de la Guerra Fría.
Pero ni siquiera Cuba, cuya suspensión se levantó en 2009, ha denunciado nunca la Carta de la OEA, por lo que sigue siendo un Estado miembro, aunque no participa y asegura que no tiene ningún interés en volver a hacerlo.
Venezuela rechaza la reunión de cancilleres de la OEA pero ha pedido una en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), convocada para el 2 de mayo en El Salvador, para denunciar «la violencia» de la oposición en las protestas antigubernamentales que se suceden desde hace casi un mes.
La sesión de cancilleres de la OEA será después de la que celebrarán los de la Comunidad del Caribe (Caricom) el 18 de mayo, según explicaron a Efe fuentes diplomáticas, ya que esto es lo que se pactó para lograr el apoyo este miércoles de cinco países de esa alianza: Bahamas, Guyana, Barbados, Jamaica y Santa Lucía.
La canciller de Argentina, Susana Malcorra, le preguntó este miércoles en la OEA al embajador de Venezuela, Samuel Moncada, por qué sí quieren debatir la situación del país en la Celac y no en la OEA, cuando son organismos que tienen «casi» los mismos miembros.
Moncada dijo en rueda de prensa que en la CELAC no están ni Almagro ni EE.UU., el país que, a su juicio, «ha armado el juego en la OEA» y «presionado a países pequeños».
La Celac, una de las alianzas regionales impulsadas por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, es un organismo en el que, a diferencia de la OEA, no están EE.UU. ni Canadá, dos de los países más críticos con Maduro, y sí está Cuba, aliado del chavismo.
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— CancilleríaVenezuela (@vencancilleria) 26 de abril de 2017
Venezuela se retira de la OEA por dignidad, por su independencia, por su soberanía, por La Paz y el futuro de nuestra Patria
— Delcy Rodríguez (@DrodriguezVen) 26 de abril de 2017