El dominicano David Ortiz vio premiado este martes su histórico recorrido en el béisbol de las Grandes Ligas, al ser elegido en su primera oportunidad para formar parte del Salón de la Fama Nacional de Béisbol de Cooperstown, Nueva York (EE.UU.).
Ortiz logró un 77,9 % de los votos, según los resultados dados a conocer por la MLB, en la elección de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos.
Ortiz fue seguido en la votación por el siete veces Jugador Más Valioso y líder histórico en jonrones en las Grandes Ligas, Barry Bonds, con 66 % y por el siete veces ganador del premio Cy Young, Roger Clemens, con 65,2 %, en su último año en las papeletas de los cronistas estadounidenses.
Con esta elección el ‘Big Papi’, como es conocido Ortiz, se une a Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero, como los únicos dominicanos en ser elegidos a la inmortalidad en las Grandes Ligas.
En su carrera de 20 temporadas, Ortiz tuvo un promedio al bate de .286 con 541 jonrones y 1.768 remolcadas, convirtiéndose en una de las máximas figuras en la historia de los Medias Rojas.
Ortiz será exaltado el 24 de julio próximo junto a Buck O’Neil, Minnie Miñoso, Tony Oliva, Gil Hodges, Jim Kaat y Bud Fowler, todos seleccionados por los comités de las eras del béisbol.
UN CAMINO A LA GLORIA
Originalmente firmado por los Marineros de Seattle, Ortiz llegó a las Grandes Ligas con los Mellizos de Minnesota, donde jugó los primeros seis años de su carrera, antes de que cometieran el peor error en la historia de la franquicia, al dejarlo en libertad tras la temporada 2002.
Esto permitió que el poderoso bateador zurdo se mudara a los Medias Rojas de Boston donde escribiría un legado, que hoy lo ha catapultado como un inmortal de Cooperstown.
Su llegada a los Medias Rojas tuvo como intermediario a su compadre y también inmortal del béisbol de liga grande, Pedro Martínez, quien recomendó a la gerencia bostoniana sumarlo al equipo para la campaña de 2003.
El impacto de David no tardó en sentirse en los Medias Rojas y en todo el béisbol.
En la temporada de 2004, tras una serie regular en la que bateó para promedio de .301 con 41 cuadrangulares y 139 carreras remolcadas, Ortiz se ganó su sobrenombre de ‘Big Papi’, al ser la figura central en una de las más memorable remontadas en la historia del béisbol.
Boston regresó de un déficit de 0-3 ante su principal rival, los Yanquis de Nueva York, para conquistar la Serie de Campeonato de la Liga Americana, al batear para promedio de .387 con tres jonrones y 11 carreras remolcadas, logrando el premio al Jugador Más Valioso.
En esa Serie de Campeonato de 2004, Ortiz disparó un jonrón de dos carreras en la décimo segunda entrada del cuarto duelo, para dejar en el terreno a los Yanquis, y al día siguiente volvió a vestirse de héroe, al fletar un imparable por el medio del terreno en el décimo cuarto episodio, para vencer nuevamente a Nueva York, camino a la Serie Mundial, en la que barrieron en cuatro partidos a los Cardenales de San Luis.
Eso significó el fin de la «Maldición del Bambino», un período de 86 años en el cual los Medias Rojas no pudieron coronarse campeones en las Grandes Ligas.
En su carrera de 14 años con patirrojos, Ortiz llevó al equipo a conquistar tres títulos de la Serie Mundial (2004, 2007 y 2013), esta última marcada por el atentado al Maratón de Boston, donde tras regresar a juego, el dominicano pronunció un discurso que levantó la moral de todo el estado de Massachusetts, convirtiéndose en un símbolo de fortaleza para la ciudad.
En el «Clásico de Otoño» de 2013, Ortiz tuvo una línea ofensiva de .688 con dos jonrones y seis impulsadas, para ser elegido Jugador Más Valioso, al vencer en seis juegos nuevamente a los Cardenales de San Luis.
En su carrera de 20 años lideró la liga en jonrones en la campaña de 2006, con 54 palos de vuelta completa, fue dos veces líder en bases por bolas recibidas (2005 y 2006), mientras encabezó el circuito en porcentaje de embasarse (2007), slugging (2016) y OPS (2016).
Además, lideró la Liga Americana en carreras empujadas en tres ocasiones (2005, 2006 y 2016), incluyendo su última campaña como jugador, en la que también recolectó el mayor total de dobles (48), logrando una de las temporadas de despedida más impresionantes en la historia del béisbol.
Miembro del club de los 500 jonrones (541) y de los 600 dobles (632), Ortiz conquistó siete bates de plata como bateador designado, asistió a 10 Juegos de Estrellas y quedó entre los primeros 10 al premio Jugador Más Valioso de la temporada en siete ocasiones.
El ‘Big Papi’ deja una huella en el terreno de juego que desde hoy vivirá en la inmortalidad del béisbol.