La cifra de migrantes que alberga Panamá a la espera de seguir su tránsito hacia Norteamérica suman a la fecha unos 900, de cerca de 125.000 que han entrado este año al país centroamericano usando la peligrosa ruta de la selva del Darién, dijeron este domingo fuentes oficiales al señalar un leve descenso.
De acuerdo con datos brindados a la cadena Telemetro sobre esta «leve disminución» por Oriel Ortega, director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), «hay menos de 400 personas (migrantes irregulares) en el Darién en los tres campamentos (Estaciones de Recepción Migratoria, ERM) donde se mueven».
Y en el albergue de Gualaca en la provincia de Chiriquí, cerca de la frontera con Costa Rica, «hay casi 500», indicó Ortega.
Panamá cuenta con estaciones de recepción migratoria en la provincia de Darién (Bajo Chiquito, Lajas Blanca y San Vicente), y en Chiriquí (Planes de Gualaca), fronteriza con Costa Rica, donde atiende a los grupos de migrantes.
Ortega señaló que ahora mismo normalmente hacen un traslado de entre 150 a 200 migrantes desde los campamentos en el Darién hacia el de Gualaca, donde aguardan seguir su tránsito a Norteamérica.
Anteriormente, el Senafront trasladaba hacia Chiriquí «entre 500 y hasta 600» migrantes, aseguró el funcionario.
El Senafront cuenta desde abril pasado con una Unidad de Fronteriza de Humanitaria en Darién para atender a los migrantes, integrada por 150 agentes.
A través de un acuerdo bilateral alcanzado entre Panamá y Costa Rica, el flujo controlado de migrantes se ha mantenido de forma regularizada entre sus fronteras.
Esta ola migratoria la componen en su mayoría familias haitianas, muchas procedentes de Chile y Brasil, donde se habían asentado tras el terremoto que asoló la isla en 2010, aunque también hay personas procedentes de Cuba, de países suramericanos, africanos y asiáticos.
Santiago Paz, jefe de la Misión para Panamá de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dijo a Efe en noviembre pasado que grupos de migrantes han empezado a tomar otra ruta por el Pacífico para llegar a Panamá evitando la selva del Darién, su frontera natural con Colombia, aunque esta alternativa también presenta un «riesgo considerable».
MIGRACIÓN IRREGULAR VERSUS MIGRACIÓN REGULAR.
«Panamá se ha gastado en estos dos últimos años casi más de 50 millones de dólares en atender este tema de la migración irregular, porque quieren confundirla con la migración regular al país (en la que) por lo general (las personas) se quedan en Panamá», dijo este domingo a la cadena Telemetro la directora del Servicio Nacional de Migración panameño, Samira Gozaine.
Estos migrantes irregulares, según explicó Gozaine, «no quieren quedarse en Panamá, país de tránsito para ellos, nada más, estos migrantes irregulares lo quieren es llegar hacia el Norte».
Gozaine destacó que este año, a diferencia de crisis anteriores de oleadas migratorias, han entrado a Panamá 125.000 migrantes que «necesitan ir hacia el Norte, porque la economía de los países donde residían como Brasil, Ecuador y Chile «cambió» por la pandemia.
La jefa de Migración destacó, citando datos oficiales, que de los 125.000 migrantes irregulares que han transitado por Panamá este año «el 20 % son niños, y de ese 20 %, el 80 % es menor de 5 años».